Joshua Browder: La historia de un abogado robótico

El famoso pintor español, Pablo Picasso, decía: “Lo que uno hace es lo que cuenta, no lo que uno tenía la intención de hacer”. Esa es la frase que el ingeniero británico-americano Joshua Browder encarna en cada uno de sus proyectos dentro de la industria legal. Muchos lo llaman el “Robin Hood del internet” (nosotros preferimos decirle el “William Walace de los consumidores”) porque a sus cortos veinticinco años ha defendido a más consumidores que muchos de nosotros, los abogados, y solo desde una aplicación web.

La historia de Joshua comienza con un típico sueño adolescente norteamericano: Vivir en Silicon Valley y crear proyectos de tecnología. Afortunadamente, logró ingresar a la Universidad Stanford para estudiar ingeniería de software y el resto de la historia viene por accidente (literalmente). Un accidente que lo catapultó a convertirse en la persona más joven dentro de la revista “Forbes 30 under 30”, junto con los más brillantes jóvenes empresarios, líderes y estrellas del mundo.

Joshua, nuestro abogado robótico confiesa haber sido un terrible conductor cuando residía en San Francisco, razón por la cual obtenía numerosas multas de tránsito cercanas a los 100 dólares cada una. Sin embargo, él consideraba que el gobierno muchas veces no imponía las multas de tránsito para castigar infracciones, sino para incrementar sus ingresos.

Además, si uno quería reclamar una multa de tránsito con ayuda de un abogado, este último le pedía el 50% del valor del ticket. Por lo tanto, decidió volverse un experto en librarse de ellas. Comenzó reclamando sus propias multas utilizando solo Microsoft Word y enviando sus reclamos vía email.

La acogida entre sus amigos y desconocidos provocó que pase de un reclamo al día a casi doce. Más de ocho horas al día copiando y pegando documentos. Entonces, decidió construir la primera versión del software “Do Not Pay” para llenar un formulario online y enviarlo vía email a las autoridades locales, utilizando Inteligencia Artificial.

Confiesa que su intención, hasta ese momento, no era más que impresionar a sus amigos. No obstante, fue impulsado por un gestor de venture capital a comenzar a pitchear su solución. Así, luego de un año de creación, obtuvo un millón de dólares de inversión del fondo de Andreessen Horowitz y a partir de ahí la idea comenzó a escalar a las otras áreas de consumidor, como las siguientes:

• Photo Ninja: Te permite bloquear tus fotos de los motores de búsqueda de imágenes y sitios web.
• Pruebas gratuitas: Imagina una forma de obtener pruebas gratuitas en Netflix, HBO Max o hasta Tinder y que no te cobren si olvidaste cancelar la suscripción.
• Anular mi matrimonio: Un formulario que te permite procesar la anulación de matrimonio desde tu celular o laptop, sin necesidad de un abogado.
• Cerrar cuentas bancarias: Un formulario amigable que te permite enviar una carta de solicitud de cierre de cuenta bancaria en tu nombre. ¿Te imaginas ya no tener que lidiar con el banco de forma directa?

Hasta mayo de 2021, Do Not Pay contaba con más de 200 automatizaciones a favor del consumidor y tan solo 13 personas en el equipo, con Joshua como abogado robótico a la cabeza. Cada uno de estos servicios debía reunir tres elementos: (i) ser un servicio totalmente automatizable, (ii) contar con un mercado masivo y (iii) estar relacionado a los derechos del consumidor. También, algunas aplicaciones han sido creadas a partir de problemas personales lidiados por Joshua. Otra vez, no solo tenía la intención de resolver el problema, sino que lo hacía.

¿Te preguntarás si se ganó enemigos en el camino? Por supuesto que sí. Tanto gobiernos locales como grandes corporaciones han tratado de bloquear cualquier interacción de Do Not Pay con sus plataformas. No obstante, el equipo de Do Not Pay ha buscado formas innovadoras de volver a ofrecer su servicio. Por ejemplo, cuando el gobierno local bloqueaba la dirección IP (Internet Protocol) de Do Not Pay, el equipo trataba de descentralizar la dirección IP para no ser detectados por el gobierno local.

En definitiva, Joshua Browder es un excelente constructor de soluciones como abogado robótico en una industria tan conservadora como la legal. Comenzó una compañía por accidente que ha levantado casi USD 27.7 millones y viene impactando positivamente a millones de personas en Estados Unidos y Reino Unido.

Finalmente, podemos concluir tres puntos de la historia del “Robin Hood del internet”: (i) es un solucionador de problemas, (ii) cree en la tecnología como defensor de la libertad y justicia, y (iii) Picasso estaría orgulloso de su camino.

Te invitamos a subirte al tren de la innovación y enfocarte en solucionar problemas reales de la industria legal a través de la tecnología.