¿Qué es la doctrina en el derecho? Descúbrelo en 3 minutos

Definir qué es la doctrina en derecho no es fácil en muchos casos. La tendencia a confundir doctrina y jurisprudencia es habitual.

Así, se denomina doctrina jurisprudencial a muchas disposiciones y opiniones de profesionales jurídicos sin determinar exactamente qué es y, sobre todo, cuál es su significado.

A lo largo de este post intentaré aclarar qué es la doctrina en derecho y para qué se utiliza. De este modo diferenciar doctrina y jurisprudencia será mucho más fácil para cualquier ciudadano.

¿Qué es la doctrina en el derecho?

La doctrina en el derecho la forman todos los principios, enseñanzas o instrucciones que se consideran válidas y aplicables en materias jurídicas. En esencia, es la ciencia del derecho. 

Este conjunto de teorías y enseñanzas que forman la doctrina son las que los juristas profesionales han tomado como ciertas y verdaderas. Por tanto la doctrina en derecho es universal. 

Así, tenemos que considerar como respuesta a la pregunta, ¿qué es la doctrina en el derecho?, que se refiere al conjunto de opiniones que emiten expertos jurídicos y que se tienen por verdaderas. Lógicamente la doctrina se basa en hipótesis, puesto que estas no dejan de ser “creencias”. 

Al no existir opiniones contrapuestas o de existir tenerse por menos ciertas, las consideradas como doctrinales marcarán el camino para que abogados, jueces y demás juristas apliquen el derecho a casos concretos. 

De este modo, podríamos definir también la doctrina como aquellos elementos a los que acuden los jueces y magistrados para tomar sus decisiones de una manera objetiva. De la misma forma, con base en la doctrina, los abogados pueden acreditar sus pretensiones para que el juez o magistrado decida en su favor.

Es decir, la doctrina en derecho fijará el sentido de las leyes a aplicar a problemas concretos de la sociedad. Incluso ofrece posibles soluciones para hechos o cuestiones que no se encuentren legisladas de manera particular.

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¿Cuál es la diferencia entre doctrina y jurisprudencia?

Teniendo claro qué es la doctrina en derecho, la jurisprudencia, en contraposición, son decisiones que en una materia jurídica concreta, establecen un criterio sobre un problema jurídico. Las resoluciones análogas de los tribunales de justicia a problemas similares son los que crean la jurisprudencia.

La jurisprudencia para casos similares en materias concretas, en países donde el derecho se aplica con códigos legales, como puede ser España, las dictaminarán los más altos tribunales de la nación.

En países donde el derecho a aplicar es el anglosajón, serán los propios tribunales los que, al tomar decisiones parecidas en casos similares, formen la jurisprudencia.

Se usa el término jurisprudencia cuando existen varias sentencias similares que permiten establecer una norma única. De este modo, en casos análogos, las decisiones de los tribunales no serán contradictorias.

La principal diferencia entre doctrina y jurisprudencia es que esta última tiene un carácter obligatorio y vinculante a la hora de aplicar la ley. 

La doctrina en el derecho, por el contrario, es una guía de cómo aplicar e interpretar la ley, pero ni es de obligada aplicación, y mucho menos vinculante.

Por tanto, la doctrina no es una fuente formal del derecho, puesto que estas hipótesis no se van a traducir en el establecimiento de normas de obligado cumplimiento.

La importancia de la doctrina en el derecho 

A nuestra pregunta de referencia, ¿qué es la doctrina en el derecho?, le podemos añadir otra, ¿es significativa? 

La respuesta es fácil, sí, es vital. Básicamente no existiría el derecho sin ella. Es la guía que regula la vida en sociedad.

Es necesaria para poder elaborar las leyes. Ofrece a los legisladores un mapa con el que legislar. Se trata de conocer la aplicación legal presente para prever la eficacia de una norma en el futuro.

Asimismo, la doctrina orienta y establece límites a las leyes. Estos se delimitan considerando la realidad social, política y económica pasada, la presente y la que se pretende establecer para el futuro de una sociedad. 

De este modo, marca el camino para que las leyes y demás disposiciones legales consigan los fines para las que son creadas.

El mundo cambia y las sociedades también. Sin la doctrina dejaríamos de tener hipótesis que formen nuevos conceptos jurídicos o que modifiquen los ya conocidos y que, de esta manera, sirvan para poder legislar e interpretar las leyes.

Ejemplos de doctrina en el derecho

Podemos señalar algunos ejemplos de aplicación de la doctrina en derecho:

  1. En el ámbito civil se considera que los procesos están a disposición de las partes. Es decir, que si estas no solicitan nada, el proceso no continuará. Esto sirve de guía para considerar el derecho civil como un derecho dispositivo. Según la doctrina, el juez solo tomará una decisión en el momento en que las partes lo soliciten y con base a las pretensiones y alegaciones que le presenten. No puede entrar a valorar el caso sin que los litigantes lo pidan. 
  2. Por el contrario, el derecho penal no está a disposición de las partes. De hecho, la doctrina señala que hay diferentes tipos de delitos, unos considerados privados y otros públicos. Los delitos privados necesitarán de la petición de una acusación particular para poder continuar el proceso. En cambio, la regla general es la de considerar a la mayor parte de los delitos como públicos. Aquí es el Estado quien ejerce la acusación e instruye los casos. 

Por tanto, en el caso del derecho penal la misma doctrina establece un protocolo de actuación dejando que sea el Estado, a través de sus órganos judiciales, el que ponga en marcha la acción de la justicia.

Mientras que en el derecho civil, son los propios ciudadanos los que deben instar que se abra un procedimiento judicial. Solo de esta manera podrán solicitar del juez que entre a valorar sus pretensiones.

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