ChatGPT: Lo que todo abogado debe saber

Pareciera que hace tan sólo unos meses atrás, el tema de moda y que llenaba las redes sociales de los abogados influyentes era el blockchain y las ventajas que ofrecía para crear contratos inteligentes, mejorar la carrera profesional de los abogados y cumplir una función similar a la panacea jurídica. Hoy la narrativa es completamente distinta, pues el tema de moda es el famoso ChatGPT y las implicaciones para el mundo jurídico. De hecho, es muy probable que tú hayas llegado a este artículo contagiado por esta súbita ola de interés por la tecnología de inteligencia artificial aplicada al mundo legal.

Por eso, antes de sumergirte en el fascinante mundo de las aplicaciones de la inteligencia artificial para los abogados, te queremos explicar qué es esta tecnología; por qué todo el mundo está hablando de ChatGPT y qué otras herramientas existen para hacer tu vida en el despacho o la oficina mucho más fácil día a día. 

¿Qué es ChatGPT y por qué todo el mundo habla de él?

En la novela escrita por Douglas Adams “La Guía del Autoestopista Intergaláctico” aparece una supercomputadora llamada “Pensamiento Profundo”, que es construida por una raza de seres ‘pan-dimensionales’ que buscan la respuesta al sentido de la vida. Cuando le preguntan a la supercomputadora ‘¿Cuál es la respuesta definitiva a la vida, el universo y todo lo demás?’, tras un cálculo de 7 y medio millones de años, la respuesta es: 42. 

ChatGPT no es una supercomputadora, pero puedes preguntarle lo que quieras y te responderá (aunque puede ser que la respuesta no sea del todo correcta). Este es un modelo de tecnología de inteligencia artificial tipo chatbot diseñado por la organización OpenAI para procesar y generar texto en respuesta a preguntas y conversaciones en una amplia variedad de temas.

Su funcionamiento se basa en utilizar técnicas de procesamiento de lenguaje natural para comprender el significado de las palabras y frases en contexto, y proporcionar respuestas relevantes y útiles a las preguntas que se le plantean. De esta manera, ChatGPT se describe así mismo como: “una herramienta de inteligencia artificial diseñada para ayudar a las personas a obtener respuestas a sus preguntas y a mantener conversaciones interesantes y productivas en línea”. 

Y es que ChatGPT es una caja de monerías. Puedes preguntarle todo lo que se te ocurra; pedirle que escriba o traduzca todo tipo de textos o documentos y hasta diseñar un código para programación en Python, Java, C+ y otros. Debido a su gran popularidad, ChatGPT alcanzó el millón de usuarios en tan sólo 5 días. Y, aunque suene poco creíble, puede escribir documentos legales más rápido que muchos abogados.

Pero para entender un poco mejor qué es ChatGPT, es necesario dar unos breves pasos hacia atrás para entender la tecnología detrás de esta novedosa aplicación. 

¿Cómo funciona la inteligencia artificial?

De acuerdo con la empresa Oracle, la inteligencia artificial (IA) se refiere a “sistemas o máquinas que imitan la inteligencia humana para realizar tareas y pueden mejorar iterativamente a partir de la información que recopilan”. Existen varios tipos de IA, cada uno con diferentes enfoques y aplicaciones: 

1. IA basada en reglas: Este enfoque utiliza reglas y heurísticas predefinidas para guiar el comportamiento de un sistema. Por ejemplo, un sistema que responde a preguntas frecuentes de los clientes puede utilizar reglas para determinar qué respuesta proporcionar a una pregunta determinada.
2. Aprendizaje automático: Este enfoque se basa en algoritmos que permiten a un sistema aprender de los datos. El aprendizaje automático se divide en dos categorías principales: el aprendizaje supervisado, que utiliza datos etiquetados para entrenar un modelo, y el aprendizaje no supervisado, que utiliza datos sin etiquetar para encontrar patrones y relaciones en los datos.
3. Redes neuronales artificiales: Este enfoque se basa en la imitación de la estructura y función del cerebro humano. Las redes neuronales artificiales consisten en capas de nodos que procesan y transmiten información.
4. Procesamiento del lenguaje natural: Este enfoque se refiere a la comprensión y generación de lenguaje natural. Los sistemas de procesamiento del lenguaje natural se utilizan en aplicaciones como chatbots, traducción automática y análisis de sentimiento.

Estos son sólo algunos enfoques y aplicaciones de la IA. Basta decir que es un campo extenso y nuevo, cuyo crecimiento será exponencial con el paso de los próximos años, pues promete revolucionar la vida humana como la conocemos hasta ahora. 

¿Cuáles son las aplicaciones de ChatGPT para abogados?

En palabras propias de ChatGPT, algunas de las aplicaciones para abogados son: 

1. Investigación legal: Puede buscar y analizar grandes cantidades de información legal para ayudar en la investigación de casos o para apoyar la toma de decisiones.
2. Redacción legal: Puede generar textos legales, como contratos y documentos legales, siguiendo las reglas y estándares de redacción legal.
3. Análisis de casos: Puedo analizar casos anteriores y jurisprudencia para ayudar en la preparación de argumentos y la toma de decisiones.
4. Traducción de idiomas: Puedo traducir documentos legales de un idioma a otro con alta precisión.
5. Automatización de procesos: Puedo automatizar procesos legales repetitivos, como la revisión de contratos o la gestión de documentos.

¿No lo crees? Revisemos un poco más despacio las utilidades que puede ofrecer ChatGPT al sector legal, como una herramienta de Legaltech. 

Chat GPT para mejorar la redacción de todo tipo de documentos legales

Hay al menos dos formas en que esta herramienta de inteligencia artificial puede ahorrar tiempo en la redacción de todo tipo de documentos. La primera forma, aunque puede ser simple y traer errores, es literalmente pedirle a la aplicación que redacte cierto tipo de documento. Un contrato, un pagaré, una carta de despido y quizá hasta una demanda.

No obstante, la misma aplicación lanzará la advertencia de que es necesario contar con el acompañamiento de un profesional jurídico ya que ChatGPT no sustituye la labor y conocimiento de un abogado.

Sin embargo, aunque escuetos, los resultados al hacer esto son bastante buenos. Quizá mejor de lo que un pasante en derecho podría hacer. De hecho, algo en lo que ya es muy práctico y fácil utilizar esta aplicación es en la redacción de correos electrónicos para solicitar cualquier tipo de cosa o en la redacción de cartas de cese y desistimiento, importantes en materia de propiedad intelectual y otras ramas del derecho.

La segunda manera es tomar un párrafo de un documento ya redactado y pedirle a ChatGPT que encuentre errores ortográficos o gramaticales; traducir o resumir el contenido, ahorrando mucho tiempo en el proceso. 

Existe también otra alternativa que requiere de mucho más tiempo, conocimiento y recursos. Consiste en entrenar a ChatGPT para entender, razonar y producir documentos legales más certeros y funcionales, a través de un proceso que se conoce como ‘aprendizaje supervisado’ de una IA y en este artículo se explica un poco más sobre cómo hacerlo. 

Aquí es muy importante mencionar que es muy probable que el abogado promedio no pueda realizar esto, pero nada indica que un abogado, acompañado de un profesional en ciencia de datos, no pueda realizar con éxito el entrenamiento de ChatGPT para obtener mejores respuestas a preguntas complejas. 

ChatGPT para la búsqueda de contenido y precedentes legales

Cualquier abogado que diga que conoce a profundidad todas las leyes, reglamentos y normativas es claro que está mintiendo, por el simple hecho de que existe una inmensa cantidad de regulaciones jurídicas emitidas no solamente por el poder legislativo, sino, también, en algunos casos por el Poder Ejecutivo, tanto a nivel federal, estatal o municipal.

Por ello, aunque un abogado de carne y hueso no pueda recordar todas las leyes relacionadas a algún tema, ChatGPT puede mostrar una lista bastante completa de legislación relacionada con algún tema. 

Pero eso no es todo. Esta aplicación también puede buscar diferentes tipos de jurisprudencia en toda variedad de temas y autores: desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hasta jurisprudencia de los Tribunales Colegiados de Circuito en materia penal, civil y laboral, así como del TFJA; criterios en materia de protección de datos y transparencia emitidos por el INAI y resoluciones emitidas por el INDAUTOR. Mucho más rápido que pedirle al pasante que busque precedentes y sentencias. 

 Otros usos prácticos de ChatGPT para abogados

Esta aplicación también puede ser muy útil para otros abogados que se dediquen a distintas ramas del derecho. Por ejemplo, para un abogado laboralista, ChatGPT puede desglosar los conceptos y valores que componen una liquidación o un finiquito, en segundos, tan sólo introduciendo el sueldo diario y la antigüedad. Así también, puedes pedirle que escriba una solicitud de acceso a la información o una solicitud de derechos ARCO (protección de datos personales). Incluso ChatGPT puede redactar comunicaciones dirigidas a clientes con todo tipo de motivos, desde informar el resultado de un juicio, hasta invitar a que contrate los servicios de un despacho en específico, automatizando muchos procesos en el camino. 

Retos e implicaciones en el uso de ChatGPT para los abogados

Tradicionalmente el gremio jurídico no ha sido el más adepto a la utilización de nuevas tecnologías para innovar en su trabajo diario. En muchos casos hizo falta una pandemia mundial para que los tribunales modernizarán la manera de aceptar demandas por internet y resolver controversias a través de videollamadas.

Y ante la abrupta llegada de ChatGPT al mundo jurídico, no han sido pocas las voces que han puesto el grito en el cielo por las implicaciones que esta tecnología ha tenido en más de un área del derecho. 

Uno de los primeros llamados de atención fue el de la Universidad de Minnesota, en donde algunos profesores de esa institución educativa pusieron a prueba a la aplicación de inteligencia artificial para que respondiera los exámenes de admisión a la Facultad de Derecho de aquella universidad. El resultado fue que ChatGPT obtuvo un C+, calificación baja pero suficiente para ingresar a esta licenciatura. Algo similar pasó en la prestigiosa escuela de negocios de Wharton, en donde ChatGPT aprobó el examen final de una materia.

De hecho, la preocupación de las autoridades educativas de que los alumnos utilicen esta aplicación para hacer trampa en los exámenes o en las tareas han llegado a niveles en donde las propias escuelas han prohibido el uso de ChatGPT dentro de sus aulas.

Algunas personas también han señalado que este es sólo el inicio de la debacle para la profesión jurídica y que, con el tiempo, esta tecnología se perfeccionará al grado de que los abogados no serán necesarios. 

Pero lo cierto es que no es la primera vez que la inteligencia artificial pone a temblar a más de un abogado. Anteriormente ya había salido a la luz un estudio que demostró que una IA puede leer y encontrar errores en un acuerdo de confidencialidad (NDA) en tan sólo unos segundos y con bastante precisión, cuando a un abogado de carne y hueso le tomaría varias horas. Mientras que hubo quienes afirmaban que una inteligencia artificial ya era capaz de defender a una persona en un juicio ante los tribunales de Estados Unidos. 

No obstante, la incorporación de la tecnología al mundo de los abogados es un fenómeno que se ha venido dando desde hace ya varios años. Richard Susskind en su libro, ‘Los abogados del futuro’ define a la evolución de los servicios legales como un proceso que ha tenido 3 etapas: la primera es la del trabajo hecho a la medida (o artesanal), en donde el abogado trabaja desde cero cada contrato y demanda que realiza; luego, viene la etapa de la estandarización, en donde asuntos que son similares en condiciones permiten tener plantillas prediseñadas de documentos legales (los famosos machotes); y, finalmente, con el advenimiento de la tecnología, se produce la tercera etapa, la sistematización, donde se automatizan procesos repetitivos, se crean formularios en línea y se utilizan tecnologías que ahorran tiempo y dinero a las firmas legales. 

Con todo esto en mente, es claro que la tecnología llegó para quedarse y que los abogados, quieran o no, van a tener que adaptarse a las tendencias que impone el mercado. Aunque ese tema podemos dejarlo para hablarlo con más profundidad en otra ocasión.