En pocos años, la tecnología legal ha logrado transformar el día a día en la vida de un profesional de las leyes. Los abogados del futuro no solo brindarán excelencia en los procesos legales, sino que también se convertirán en asesores de negocio, cómodos con la tecnología y capaces de trabajar en colaboración con equipos internos en las empresas clientes.
La profesión está cambiando y continuará su transformación, la tecnología es el catalizador de este proceso evolutivo que moldea a los profesionales de las firmas legales convirtiéndoles en los abogados del futuro. Vamos a conocer más a fondo las circunstancias que motivan este cambio y cómo afectan a los compañeros de profesión.
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¿Cómo cambiará la profesión?
El surgimiento de una nueva economía legal que se espera continúe durante los próximos años requiere de una revisión exhaustiva de nuestra concepción del trabajo legal. La respuesta a las preguntas acerca de en qué consiste la función del abogado y para qué sirve su labor ha dejado de ser tan evidente y ello hace que resulte recomendable reconsiderar las posibilidades, intereses y oportunidades que brinda la profesión.
Los abogados del futuro, en el seno de esta nueva economía legal se caracterizarán por cuatro rasgos:
- Estarán más especializados. Las crecientes aguas de la mercantilización y la sistematización sumergirán a muchos de los sectores de actividad más generales. Algunos abogados podrán escapar de la marea en virtud de sus especialidades.
- Apoyarán los nuevos sistemas. Muchos abogados que descubren que los sistemas y el software están realizando tareas por las que una vez facturaron horas, decidirán no luchar contra la realidad y enfrentarse a la máquina, sino apoyarla, manteniendo y desarrollando aún más su eficacia. El desarrollo de la inteligencia artificial aumentará el razonamiento y el ingenio de los humanos, no los reemplazará. Las máquinas todavía nos necesitan más que nosotros a ellas.
- Crearán nuevas oportunidades. El futuro de la profesión jurídica será significativamente más interesante que su pasado. Con creatividad, pasión y mayor destreza tecnológica, se va a conseguir hacer las cosas mejor.
En una economía legal basada en menos problemas, estándares más altos, desempeño más rápido y soluciones integradas, los abogados se enfrentarán al desafío de lanzar nuevas propuestas de valor, nuevas formas de ayudar a las personas a vivir una vida mejor con menos complicaciones.
Gracias a los avances en la tecnología que hacen posible liberarse de las tareas más rutinarias los abogados del futuro conseguirán encontrar un nuevo propósito, únicamente limitado por su imaginación y ambición.
¿Cómo es la tecnología que ya tienen en sus manos los abogados del futuro?
Hoy en día, las nuevas tecnologías encabezadas por la inteligencia artificial tienen el potencial de entregar soluciones innovadoras a problemas clásicos y transformar por completo el sistema legal tradicional.
Hasta ahora, el énfasis de la tecnología en el sistema legal ha sido apoyar a los abogados y su personal en algunos de los trabajos que realizan, como correo electrónico, sistemas de contabilidad y procesamiento de textos, entre otros. Ahora, estamos empezando a ver las ventajas de utilizar la tecnología para automatizar algunas tareas, como el análisis de documentos o la redacción de documentos, pasando de un enfoque puramente operativo a un matiz más estratégico
Los abogados del futuro serán las personas que desarrollen esos sistemas que resolverán los problemas de los clientes. Estos profesionales legales tendrán conocimientos en desarrollo de sistemas y serán expertos en design thinking.
Ahora que ya estamos disfrutando de los beneficios de la digitalización en la industria encontramos que las firmas de abogados se encuentran mejor preparadas que nunca para abrirse a las posibilidades que la tecnología puede ofrecerles.
En la próxima década, las máquinas y los abogados trabajarán juntos y el sistema legal tendrá la capacidad de resolver problemas de una manera nueva.
¿Cómo puede ser el día a día de los abogados del futuro?
Estar conectado a través del internet de las cosas (Internet of Things o IoT) significa organizar la agenda del día, absorber las noticias de la mañana y responder a los desarrollos nocturnos en la práctica en las oficinas en el extranjero. Los abogados del futuro están familiarizados con términos como IA, IoT, blockchain o analítica predictiva. Saben cómo aprovechar el networking para hacer crecer su audiencia virtual y se basan en design thinking para multiplicar la eficacia de la firma.
Gracias a predictive analytics aceleran el curso de los eventos. Por ejemplo, si se revisa la evolución en el caso de un cliente con un sistema de inteligencia artificial (IA) es fácil analizar lo que parece un conjunto caótico de datos y encontrar información que indica que se pueden encontrar eficiencias en los contratos de dicho cliente. El profesional del derecho puede decidir entonces ejecutar algunos análisis para asesorar al cliente y enviarle una solicitud de reunión.
Las reuniones de realidad virtual simplifican la colaboración global. Así, expertos empresariales o incluso miembros del equipo de abogados, que trabajan desde casa para impulsar la conciliación, pueden participar del encuentro para brindar al cliente el mejor servicio.
Está claro que los abogados del futuro necesitan tener muchas más habilidades, pero saben que el medio online es su mejor opción.
Estamos viviendo un momento muy emocionante para trabajar en una firma legal. Quienes deseen convertirse en los abogados del futuro tendrán que adoptar un enfoque más consultivo, abrazar la innovación y la diversidad y aceptar que la gestión y el análisis de proyectos legales se convertirán en el núcleo de su propuesta de valor.
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