Un buen abogado: ¿ha cambiado el concepto?

¿Qué se considera un buen abogado? Igual que ha sucedido con la forma de trabajar, de relacionarnos, de consumir ocio o casi cualquier otro aspecto de la sociedad actual, el concepto de un abogado competente y exitoso ha cambiado bastante. La transformación se nota a ojos de los clientes y desde la perspectiva de la firma.

Es momento de plantearnos qué atributos definen a un buen abogado. Hay que averiguar cómo se diferencian para triunfar en el presente, y tener la certeza de que continuará progresando en el futuro. Es decir, ¿quién es un buen abogado hoy y lo seguirá siendo en el futuro?

¿Qué significa ser un buen abogado?

Hasta hace unos años, un buen abogado era quien presentaba habilidades analíticas, atención al detalle y un carácter persuasivo. Su habilidad para negociar era tan valiosa como su capacidad de razonamiento lógico. Durante décadas, estas cualidades se sumaban a la destreza comunicacional, especialmente en lo relativo a la expresión escrita, para definir al perfil profesional que cualquier firma de abogados desearía tener en el equipo.

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Pero no ha sido hasta hace poco que la profesión ha acelerado su evolución. En pocos años, meses nada más, en algunos casos, los estudios legales se han digitalizado (o, al menos, iniciado su viaje de transformación), han tenido que enfrentarse al cambio de escenario que suponían las restricciones impuestas por la pandemia y han necesitado encontrar nuevas formas de trabajar con sus clientes.

La competencia se ha recrudecido, no solo entre firmas del sector, ya que nuevos actores han empezado a prestar servicios legales alternativos. De hecho, muchas veces existen soluciones tecnológicas que compiten con la oferta de los estudios tradicionales.

Y, en este escenario, ser un buen abogado requiere de mucho más. Las firmas necesitan contar con profesionales que aporten:

  • Habilidades de colaboración.
  • Inteligencia emocional.
  • Destreza tecnológica.
  • Apertura a la innovación.
  • Capacidades de gestión de proyectos.
  • Mentalidad emprendedora.

Cómo ser un buen abogado para tus clientes y tu firma

Quienes se proponen ser un buen abogado, tanto de cara al cliente, como a ojos de la firma, necesitan tener un mindset específico que les diferencie por su positivismo y capacidad para encontrar oportunidades en los desafíos; la originalidad en la manera de pensar y la apertura de mente son otras de las cualidades imprescindibles.

Por último, deben involucrarse más en todo el proceso, también en lo relativo a los aspectos menos relacionados con las tareas jurídicas tradicionales. Al abrazar el cambio y la innovación, al superar la barrera de lo digital se empiezan a aprovechar oportunidades de colaboración, de aumentar la productividad, incrementar la rentabilidad e impulsar la eficiencia.

El proceso legal no deja de ser eficiente ni eficaz porque el enfoque del abogado se ponga más en las personas y busque ganar una mayor comprensión (de clientes, compañeros, competidores y socios). A través de la tecnología se encuentran atajos que facilitan alcanzar este objetivo y que impactan directamente en la calidad del servicio que la práctica puede ofrecer.

Un buen abogado tiene clara la necesidad de modernizarse, ganar en agilidad y cercanía y sabe que hay herramientas tecnológicas que le ayudan a lograrlo. ¿Quieres ser una mejor versión profesional de ti mismo? Puedes empezar por adquirir nuevas habilidades (Project management, Lean o design thinking son un buen comienzo), abrazar el aprendizaje continuo (aunque superes en años de experiencia a todos tus compañeros), implicarte en la mejora de la firma (explorando nuevas oportunidades y comprometiéndote con la innovación) y, por supuesto, aceptando como necesario un cambio en tu mindset (el que te permitirá a adoptar una mentalidad de crecimiento).

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