La IA y la ley se hicieron en muchos sentidos el uno para el otro, al fin y al cabo, los códigos de derecho pueden equipararse con una serie de algoritmos. En esta coincidencia encuentran inspiración quienes desarrollan sistemas tecnológicos, ejemplos de automatización de facturas o seguimiento de casos, entre otros.
La inteligencia artificial y el aprendizaje automático son excepcionales en las tareas de soporte legal. Basta con dar al software las instrucciones pertinentes para empezar a comprobar cómo entrega excelentes resultados.
La inteligencia artificial o el aprendizaje automático no son el polo opuesto de ley, aunque a algunos les pueda parecer así. De hecho, hoy en día, los sistemas tecnológicos nos dan ejemplos de diferentes maneras de transformar la profesión legal, ayudando a las firmas de abogados a administrar sus operaciones y ocupándose de muchas de las tareas que antes dependían de los humanos para ahorrarles un tiempo muy valioso.
El término inteligencia artificial está destinado a describir la inteligencia exhibida por máquinas que intentan copiar o imitar lo cognitivo humano de ciertas formas, como la resolución de problemas y el aprendizaje. Este concepto está siendo ampliamente aceptado y utilizado para sustituir aquellas tareas que requieren inteligencia humana.
El aprendizaje automático denota el fenómeno en el que los ordenadores se alimentan con conjuntos de datos y están diseñados para analizar diferentes patrones de información, aprender de allí y luego usar ese aprendizaje para obtener conocimiento útil. En este proceso intervienen diferentes algoritmos que tienen como objetivo permitir que la máquina lleve a cabo la tarea sin la necesidad de intervención humana.
La inteligencia artificial, en el nivel básico, tiene como objetivo desarrollar y encontrar formas de reducir, administrar y ejecutar tareas laboriosas para diferentes industrias, automatizando muchas de las operaciones que de otro modo requerirían la participación humana. Se ha descubierto que estas soluciones mejoran enormemente la velocidad y reducen los errores, mejorando así la precisión.
Sobre los sistemas tecnológicos, ejemplos de software hay muchos, y estos se aplican específicamente en la profesión legal para la racionalización de sus operaciones y procesos de trabajo. Hoy, gran parte del trabajo manual requerido en los estudios de abogados ha sido sustituido por máquinas artificialmente inteligentes. Dado que las operaciones han mejorado y simplificado considerablemente, las firmas no tienen más remedio que adoptar esta nueva ola de tecnología e integrar la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en sus operaciones diarias.
Vamos a ver algunas de las diferentes aplicaciones de estos sistemas tecnológicos, con ejemplos como:
La gestión eficiente de contratos, la predicción de resultados con base al análisis de caso similares, la facturación sin errores o el simple hecho de poder dar al cliente la respuesta acertada a una pregunta que, sin el apoyo de la tecnología podrían haber tardado días en llegar son razones para pensar en la transformación que necesita la firma de abogados.Es cierto que, cada vez, más roles legales serán automatizados y reemplazados por sistemas tecnológicos ejemplos de soluciones artificialmente inteligentes. Por lo tanto, ha llegado el momento de que los estudios de abogados acepten y adopten este cambio de modelo de negocio. Hacerlo les ayuda a avanzar hacia la excelencia a la vez que les abre nuevas vías para garantizar su futuro como empresa.