Conocer las ventajas y desventajas de la inteligencia artificial (IA) es fundamental para todos los profesionales en la actualidad. Y es que quizás hoy reconocemos con más facilidad el concepto de los algoritmos inteligentes que determinan el funcionamiento de ciertas tecnologías, pero si hablamos de la inteligencia artificial en el derecho nos podemos ir hasta los años 70, donde fue mencionada por primera vez.
El estudio que hizo posible esta aplicación fue publicado ese año por Buchanan y Headrick, bajo el nombre Some speculation about A.I. reasoning (Algunas especulaciones sobre el razonamiento de la IA).
En su documento, plantean de modo directo la cuestión de si el razonamiento jurídico es o no posible a través de una computadora, y abrieron un campo que se ha ido desarrollando en torno a cuatro elementos:
Hoy en día, este campo ha vuelto a ponerse de moda con los avances conseguidos en el aprendizaje automático (machine learning) y, en particular, en el aprendizaje profundo (deep learning). Ambos, particularmente beneficiosos para el sector legal, de aquí que sea crítico estudiar las ventajas y desventajas de la inteligencia artificial.
En el ámbito del derecho, este debe ser el objetivo: encontrar patrones comunes que ayuden a la toma de decisiones, para poder analizar los resultados comparados con los objetivos deseados.
La inteligencia artificial en el derecho basa su funcionamiento en las ciencias de la computación, y la posibilidad de crear máquinas capaces de realizar tareas complejas similares a la inteligencia humana.
Pero, antes de adentrarnos en las ventajas y desventajas de la inteligencia artificial es necesario preguntarnos primero qué es la IA.
Desde que John McCarthy creó el término en 1950 y Alan Turing empezó a hablar de ella, la inteligencia artificial se ha definido como “los algoritmos habilitados por restricciones, expuestos por representaciones que apoyan modelos dirigidos a bucles que unen pensamiento, percepción y acción”.
En otras palabras, la IA son modelos matemáticos que permiten que las máquinas o computadoras resuelvan problemas complejos y a la vez aprendan de estas resoluciones, principalmente a través de lo que es el machine learning.
En el sector legal, el uso de la inteligencia artificial está identificado a través de un espectro comprensivo y analítico, que podría facilitar desde la conclusión de un caso complejo hasta organizar las labores tediosas de un despacho jurídico. En general, la IA puede definirse como la parte de la informática y el derecho, orientada a la obtención de resultados.
En otras palabras, la IA no pretende más que explicar e imitar, mediante procedimientos computacionales, facetas de la inteligencia humana. De modo específico, estas facetas incluyen el aprendizaje (la adquisición de información y reglas para utilizarla), el razonamiento (uso de las reglas para llegar a conclusiones aproximadas o definitivas) y la autocorrección.
La inteligencia artificial se usa ya en muchos procesos productivos y comerciales. Aun así, como siempre, el sector jurídico parece resistirse a las mejoras. El miedo al cambio es mucho más profundo en este sector que casi en cualquier otro.
En este contexto, veamos cuáles son las principales ventajas y desventajas de la inteligencia artificial. Con ello, cualquier firma de abogados podría mejorar y escalar su negocio de manera exponencial:
Entre las principales ventajas de la inteligencia artificial podemos destacar las siguientes:
Vistas las ventajas, también existen ciertas desventajas de la inteligencia artificial que hay que tener en cuenta. No son muchas, pero las hay:
En esta era digital, estamos en el descubrimiento de las ventajas y desventajas de la inteligencia artificial, y es que no sabemos hasta dónde llegará la IA, pero sí sabemos que ha llegado para quedarse. Lo que está muy claro es que las consultas jurídicas recurrentes, hoy en día, son automatizables. De esta manera liberan al abogado de consultas fáciles de solventar que, de otra manera, le harían perder un valioso tiempo.
No hay que olvidar que cuando una firma de abogados decide implementar un proceso de transformación digital mediante el uso de la IA, lo hace porque mejora sus servicios. De hecho, el único resultado posible es que el cliente obtenga un mejor servicio a un menor coste.
Para el sector jurídico, tecnologías como el big data han empezado a implementarse con rapidez. El sector legal es de los sectores donde más datos informativos son necesarios para que un abogado de un buen servicio.
Tener un acceso rápido y estructurado a resoluciones judiciales, tipos de contratos y alegatos de otros abogados, hace que puedan estar mejor preparados para conseguir mejores resultados para sus clientes.
Tal como lo mencionamos, la primera relación entre la inteligencia artificial y el derecho fue realizada por Buchanan y Headrick en 1970. Desde entonces, ha habido múltiples trabajos y análisis sobre esta especialidad.
El objetivo principal es proporcionar una herramienta para el análisis jurídico mediante el uso de técnicas de inteligencia artificial. Para ello, se están llevando a cabo diferentes investigaciones para explotar las ventajas de la inteligencia artificial y reducir sus desventajas en cuanto a: sistemas expertos, procesamiento del lenguaje natural, bases de conocimiento o motores de búsqueda inteligentes, automatización de procesos, entre otros.
El tema ha ido evolucionando desde el punto de vista científico, pero también desde el de la aplicación. De hecho, a pesar de ser una especialidad muy reciente, ya es posible encontrar temas jurídicos que pueden ser resueltos con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial.
Podríamos decir que la aplicación de la inteligencia artificial al derecho tiene dos objetivos principales:
En la actualidad, no existe ningún sistema capaz de resolver un problema jurídico de principio a fin, pero se está trabajando en el desarrollo de sistemas cada vez más sofisticados. En los últimos años se ha producido un gran avance en estas disciplinas, lo que ha provocado la creación de nuevas subdisciplinas, como la ya conocida informática jurídica.
En concreto, los avances de la inteligencia artificial se han orientado hacia varias áreas:
A lo largo del tiempo se han desarrollado varios prototipos diseñados pensando en las ventajas de la inteligencia artificial, pero solo para dar solución a problemas únicos o para aplicarlo a una materia jurídica específica.
Por tanto, su uso no puede ser extensible a cualquier otro campo jurídico. Además, son incapaces de resolver casos jurídicos complicados o de interpretar el lenguaje jurídico. He aquí que también sea importante considerar algunas desventajas de la inteligencia artificial al momento de implementarla en la organización.
Con esta idea en mente, hay que entender que la posibilidad de crear tecnologías para resolver determinados problemas depende de tres factores aplicables al sistema:
Con base en esto, veamos algunos de los retos de la inteligencia artificial:
Las técnicas de procesamiento del lenguaje natural han progresado mucho en los últimos años. Los ordenadores, hoy en día, pueden entender las consultas realizadas por humanos sin que necesiten usar complejos programas para hacerlo. Pero, como bien es sabido por los juristas, el lenguaje jurídico suele ser difícil de entender al tener ciertas características propias. Esto puede dificultar la comprensión de las consultas:
El siguiente problema a resolver en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial para el ámbito jurídico puede ser uno de los más difíciles: hacer que las normas y directrices jurídicas sean “comprensibles” para las máquinas que las utilicen.
Hasta la fecha, es un obstáculo que no se ha podido superar. La razón es más o menos obvia: los ordenamientos jurídicos, en primer lugar, son específicos de cada Estado y, en segundo, las normativas suelen ser ambiguas, contradictorias y estar incompletas.
Existe otra dificultad complicada de resolver. Es la capacidad del sistema a la hora de procesar los hechos, proposiciones o principios introducidos por el usuario para que, a partir de estos, pueda interpretarlos, razonarlos y sacar conclusiones que ofrezcan respuestas lógicas en un tiempo razonable.
Esta tecnología, denominada “motor de inferencia”, todavía no alcanza un nivel de rendimiento mínimamente aceptable.
En particular, los algoritmos de inteligencia artificial utilizados no pueden dar respuesta jurídica a situaciones ambiguas o donde existan lagunas jurídicas. Por ejemplo:
Es por ello que los únicos sistemas de inteligencia artificial aplicados hoy en día al derecho, en países como China o Estonia, están aplicados en áreas donde se resuelvan casos sencillos, cotidianos y que no tengan más de una interpretación posible.
Para intentar superar estos retos y ofrecer a los juristas información útil en su toma de decisiones o el desempeño de su trabajo diario –aprovechando las ventajas de la inteligencia artificial- son necesarios dos elementos: modelos que empiezan a utilizar la lógica jurídica en los sistemas de recuperación de información, a través de algoritmos que procesan el lenguaje natural, y algoritmos genéticos para entrenar a los motores de búsqueda.
Estos sistemas tienen su base en una combinación de tres elementos:
Estos avances, que actualmente tienen un alto grado de optimización, permiten a los usuarios obtener información jurídica de forma eficaz.
Aun así, todavía falta mucho para la creación de un sistema complejo que permita, a través de la introducción de información jurídica, obtener resultados con alternativas diversas, lógicas y relevantes.
Al final la colaboración es un win-win. Todos ganan. Es imposible que solo grandes firmas de abogados puedan dar servicio a la inmensa cantidad de clientes potenciales que existen. Así que, implementar procesos de inteligencia artificial y de ciencia de datos de manera colaborativa es casi imprescindible para cualquier abogado.
Sí es cierto que debe existir un presupuesto para implementar inteligencia artificial en una firma de abogados. Para ello nada mejor que obtener la colaboración de otros profesionales jurídicos en una situación similar.
Como hemos dicho, todos ganan. Luego, a nivel judicial, el resultado dependerá de la habilidad y experiencia de cada profesional jurídico. Eso sí, al menos los servicios serán cada vez más eficientes y menos costosos.
Que las máquinas sustituyan a los jueces o a los abogados parece poco probable, en un futuro próximo. Eso sí, países como China y Estonia ya lo han puesto en marcha, pero han aclarado que solo ejecutan estos sistemas para procesos judiciales simples donde no caben múltiples interpretaciones.
Dado que los jueces tienen en cuenta muchos factores a la hora de tomar una decisión, es difícil codificar estos factores en un sistema informático. Por ejemplo, si la declaración de un testigo parece cierta o si hacen falta o no más pruebas para tomar la decisión.
Además, es complicado que una máquina responda a preguntas nunca antes contempladas por un ordenamiento jurídico. Por ejemplo, la falta de precedentes en un caso determinado.
¿Pero se podría a través del uso de la inteligencia artificial en el derecho elaborar aplicaciones y herramientas de apoyo para los juristas? Esto parece mucho más probable a corto y medio plazo.
Aunque los beneficios de estos sistemas de apoyo a la toma de decisiones son innegables, hay que señalar también algunos de los inconvenientes:
Con base en todo esto, cabe preguntarse:
Aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial en una firma de abogados, hoy en día, es un proceso lento. Pero hay que tener en cuenta que, a la larga, cualquier negocio tendrá que implementarlo. Así que, cuanto antes empiecen, mucho mejor.
Actualmente las grandes firmas han sido las primeras en realizar fuertes inversiones para implementar inteligencia artificial en sus despachos. Por supuesto, el resto de firmas de abogados deberá seguir el ejemplo, sino estarán en una clara desventaja en muy poco tiempo.
Si la firma de abogados es pequeña o se trata de abogados autónomos, lo mejor es establecer un sistema colaborativo o de business intelligence. De esta manera siempre se reducen costes y aumenta el beneficio de la inversión.
Implementando inteligencia artificial reduciremos el tiempo de trabajo para ofrecer un mejor servicio. La colaboración entre pequeños abogados será vital para poder subsistir en este negocio.
Una pequeña firma de abogados también debe valorar que su volumen de información no es elevado. Por ello debe aprovechar el ser más flexible para poder implementar procesos. De hecho, la colaboración entre distintas firmas hará mucho más eficiente el negocio y beneficiará a los clientes.
Recordemos que, por más que existan grandes ventajas de la inteligencia artificial, esta no va a sustituir las capacidades y aptitudes de un abogado, pero sí va a mejorarlas sustancialmente. Así que, cuanto mayor potencial tiene un profesional jurídico mejor resultado tendrá usando la inteligencia artificial.
En países como España, desde las mismas instituciones se están implantando sistemas de consulta de sentencias y jurisprudencia. Una ayuda inestimable para las firmas de abogados, dado que serán sistemas que no tendrán que establecerse de manera privada.
Los sistemas informáticos serán, a partir de ahora, quienes realicen esos trabajos con mucho coste de tiempo y poco beneficio, dejando al abogado tiempo suficiente para realizar tareas mucho más productivas.