Podcast Legal Revolution – Transformación de los despachos de abogados en la industria mexicana

En Lemontech tenemos el propósito de impulsar un mundo legal moderno y justo. Creemos que la tecnología es la solución a muchos de los problemas que enfrenta la abogacía, por esto nace Legal Revolution, un podcast que muestra el lado tecnológico del derecho con protagonistas de la industria en latinoamérica.

Estamos convencidos que modernizando, transparentando y automatizando los procesos del abogado, la industria podrá optimizar sus costos, mejorar su gestión y ofrecer un servicio orientado al cliente.

De la mano de nuestro CEO Mariano Werner, cada 15 días encontrarás un episodio donde hablaremos de distintos temas sobre legaltech, la industria legal en latinoamérica, la evolución del derecho y mucho más.

En este primer episodio conversamos con el Doctor Miguel Carbonell, abogado mexicano fundador y Director del Centro de Estudios Jurídicos Carbonell, una institución de vanguardia que se dedica a formar abogados en México. Con más de 8 años en la industria legal, el Centro de Estudios Jurídicos Carbonell entrega maestrías, doctorados, licenciaturas y diplomados a aquellos abogados que quieren adquirir conocimientos legaltech.

El Dr. Carbonell tiene en su currículum un extenso número de reconocimientos, entre los que resaltan más de 87 libros de su autoría, siendo La carta a estudiantes de Derecho, uno de los más destacados y que hoy tiene más de 370.000 ejemplares editados. Investigador Nacional Nivel Tres del Sistema Nacional de Investigadores en México, el más alto de la categoría, además de haber dictado más de 2.000 cursos y conferencias en distintos países, sumando también más 600 artículos publicados.

El tema del que conversamos fue sobre la transformación de los despachos de abogados en la industria mexicana. Con su experiencia nos contó cómo ha visto la evolución del derecho en su país, además de hablarnos sobre su decisión de estudiar la carrera de derecho y cómo nació el Centro de Estudios Jurídicos Carbonell.

Aunado a eso nos habló del abogado del futuro en el ámbito jurídico mexicano que desde su perspectiva será una persona con una visión amplia y actualizada del mundo jurídico, que comprenda y utilice la tecnología de manera efectiva.

Las nuevas tecnologías, la globalización y los cambios sociales están transformando la forma en que se ejerce la abogacía en México y aseguró que los estudios de abogados tendrán que adaptarse a estos cambios y encontrar formas de ofrecer servicios legales de manera más eficiente y efectiva.

[2:47] – Derecho como carrera de vida y el nacimiento del Centro de Estudios Jurídicos Carbonell

  • ¿Por qué el Dr. Miguel Carbonell estudió derecho?
  • El abismo entre lo que enseña la universidad y lo que realmente se practica en el desempeño profesional de un abogado
  • ¿Cómo nace el Centro de Estudios Jurídicos Carbonell?

[9:00] – El abogado del futuro y la adopción de tecnología que va de la mano con el cambio generacional de abogados

  • Tomorrow’s Lawyer de Richard Susskind
  • El abogado que solamente esté todo el día metido en audiencias y en tribunales, se está quedando atrás
  • Los abogados y el corte generacional que marca la diferencia en la industria
  • Tecnologías que han cambiado el mundo legal en los últimos años
  • ¿Qué le diría el Dr. Carbonell a aquellos abogados que tienen miedo de implementar tecnologías en su firma?
  • Chat GPT no es la amenaza, sino aquella persona que se especialicé en usarla
  • El futuro de los despachos de abogados en México y del derecho general

[33:13] – ¿Qué libro recomiendas que todo abogado debería leer?

  • El Dr. Miguel Carbonell recomendó alguno de sus libros que como abogado deberías leer.
  • Más que un libro recomendó al jurista italiano Luigi Ferrajoli como un gran autor que todo abogado debería leer.

Transcripción del episodio:

P: ¿Por qué Miguel Carbonell estudió derecho?
R: Como nadie había estudiado derecho en mi familia, fue una opción que uno la toma siempre en una etapa muy temprana de la vida. No, te puedo decir que fue una opción muy consciente, pero fue una opción derivada, eso sí, de un hábito que desarrollé desde la adolescencia, que afortunadamente me acompañó el resto de la vida, que es el hábito de la lectura. A mí me gustaba mucho leer, leía muchísimo, pero además lo hacía con placer.

Lo hacía por gusto, no por obligación. Y entonces pensé que una carrera que me permitiría conjugar el gusto por la lectura, el hábito de la lectura, pero que además me diera una salida profesional buena, vaya, que me permitiera vivir, no de la profesión, pues era la de derecho. Y creo que no me equivoqué, porque efectivamente aquí se lee y se lee mucho.

Viéndolo en retrospectiva, Mariano, te podré decir que no me he arrepentido ni un solo día de mi vida de haber elegido esta carrera. Creo que es una carrera que nos mantiene motivados siempre. Yo no hay un solo día, te lo digo sin exagerar, que no aprendo algo nuevo todos los días.

Para mí son un aprendizaje, todos los días son un desafío, un reto y eso también es muy motivante en el en el largo plazo, cuando ya vas acumulando años de carrera, etc, la verdad es que lo valoras mucho y además la carrera de derecho es muy noble porque tiene muchas salidas, puedes dedicarte a muchas cosas y entonces es una carrera que a mí me gusta decir que te abre muchas puertas. ¿Por qué puerta vas a entrar? Bueno, eso ya depende de cada quien, del carácter de las oportunidades, en fin. Pero mantener las puertas abiertas en la vida es algo muy, muy relevante.

P: Cuéntanos un poco, ¿cómo fue tu recorrido hasta llegar a inaugurar el Centro de Estudios Jurídico Carbonell y por qué decidiste formarlo y cómo ha ido evolucionando?
R: Yo creo que muchos de nosotros, Mariano, probablemente también en esto, tú y yo coincidamos, no estamos del todo satisfechos con la educación jurídica que recibimos, tanto a nivel de pregrado como en posgrado. Y hablo de América Latina. Probablemente esto se reproduzca en en Brasil, en Colombia, en Argentina, en Chile, en, en fin, en Perú, etc.

Yo creo que en general es una educación muy formalista. Basada fundamentalmente en la memorización de textos normativos, mayormente de textos legales. Los famosos códigos. Las leyes y la verdad es que cuando uno sale a la práctica siente que hay un abismo entre lo que le enseñaron en la carrera y lo que exige, pues ya el desempeño profesional de la abogacía está en esa tesitura.

Nosotros habíamos identificado un área de oportunidad para un centro privado de educación que tuviera la agilidad, que tuviera la capacidad de respuesta, de plantear temas nuevos, de engancharse a las vanguardias, de las discusiones jurídicas contemporáneas, que es lo que yo intenté impulsar primero en mi dedicación a la educación pública en la Universidad Nacional y luego con algunas otras universidades pero que no lo logré, y en el Centro Carbonell pues nos permitió esto.

Luego nos encontramos que efectivamente había esta necesidad, que había un público atento, que había un público que deseaba tener estas opciones de formación académica y que incluso nos pedía más de lo que dábamos. Y eso nos ha llevado a esto que acabas generosamente mencionar y te lo agradezco. Posgrados, maestrías, doctorado y luego regresamos. Incluso bajamos un poco para darla la carrera. Aquí impartimos en México, se llama la Licenciatura en Derecho y la verdad es que ha sido una respuesta increíble. Hemos trabajado mucho, pero los resultados han sido satisfactorios y la verdad es que administrar un centro académico de esta naturaleza nos permite un proceso de toma de decisiones muy ágil y nos permite estar siempre atentos y siempre pendientes a qué es lo que sigue en nosotros.

Mi trabajo te diría mi día a día en el centro, además de dar algunas materias, dar clase es estar estudiando, estar revisando que que se está discutiendo en Reino Unido o que se está discutiendo en Europa, que se está discutiendo Estados Unidos. Cuáles son los temas importantes en América Latina y en México, y traducir eso para la gente que acude con nosotros para seguir ese formato.

P: ¿Cómo es o será el nuevo abogado en particular en México, qué elementos vez que coinciden en este nuevo abogado?
R:
Es una pregunta que yo le he dado muchas vueltas, llevo años pensando en esa pregunta, desde que leí un libro que me marcó bastante hace ya algún tiempo. Seguramente tú lo conoces de este autor, Richard Susskind. Él es un autor inglés que se llama Tomorrow s Lawyer. Hay una traducción incluso al español que hicieron en la publicaron en España y ahí Richard nos daba ya un una probada, digamos, un anticipo de lo que hoy estamos viendo, qué es lo que hoy vemos.

Vemos una enorme pluralidad de desempeños en materia jurídica. Esta idea del abogado solamente postulante, todo el día metido en audiencias, en tribunales, yendo y viniendo de salas de audiencia, esto se está quedando atrás. Esto es claramente insuficiente. Vemos mucha abogacía preventiva, cada vez más una abogacía orientada a compliance, por ejemplo, a servicios de identificación y prevención de riesgos en empresas. Vemos allí y supongo que ahora entraremos a eso. Vemos un uso cada vez más marcado de nuevas tecnologías en la abogacía. El abogado renuente, alérgico a la tecnología, es una figura que queda atrás y creo que también estamos asistiendo a la necesidad y lo notamos nosotros en la práctica de esto que decías no nos enseñaron a armar equipos, pero ahora se tienen que armar equipos para hacer frente a asuntos de enorme complejidad.

Ahora los asuntos que llegan a los despachos ya no son el típico asunto que puedes atender tú solo como abogado y cuya respuesta parta de una dimensión estrictamente jurídica. Normalmente necesitas un acompañamiento, sea de despachos contables, sea de análisis económico, sea dependiendo el tema de ingenieros informáticos, ingenieros de sistemas, especialistas en datos, por ejemplo, en generación de estadística. Y eso hace que también tengamos que mejorar nuestras capacidades comunicativas, porque los abogados estamos muy acostumbrados a echar el rollo en el idioma que solamente tenemos nosotros por nuestros latinajos, incluso todavía, etcétera, y la verdad es que cuando te sientas a hablar con clientes o cuando te sientas a hablar con ingenieros o con economistas, pues sí, tienes que hacer un esfuerzo de pedagogía jurídica.

Pues en primer lugar para que te entiendan, y creo que en esto también hay un espacio de formación interesante, que es un área de oportunidad vinculado con los con las llamadas soft skills, las soft skills. Esta capacidad de hacer networking, esta capacidad de verbalizar asuntos jurídicos de manera simple, de manera sencilla, de manera asequible. Esta capacidad de trabajar en equipo, en fin, de negociar. Nosotros fuimos educados del abogado que pelea, el abogado que lucha, el abogado que se enfrenta todos los días se está quedando atrás por un abogado que yo creo que es el que buscan los clientes. Probablemente siempre lo ha buscado, pero hoy más que nunca un abogado, que resuelvan los problemas, que resuelva los temas y que lo haga rápido. También está esta idea del abogado que se tarda diez años en un pleito.

Es insoportable para las nuevas generaciones. Para generaciones que usan tecnologías que dan respuestas muy rápidas. ¿Cómo es posible que una judicialización de determinado asunto te lleve tanto tiempo, tantos años? Es muy difícil de entender para las nuevas generaciones.

P: Y ves, en esto ¿hay un corte generacional que te parezca la gente de hasta más o menos tantos años o ves que es algo más que atraviesa y que son más abogados de distintas edades que están que que están tratando de modernizarse, por así decirlo?
R:
Hay un cruce generacional que se está intentando modernizar, pero yo diría que es cuestión de grado. Hay abogados que me parece y a lo mejor me equivoco con esto que te voy a decir, pero me parece que hay un corte generacional de gente que tiene más de 60 años y que hacia abajo hay grados de actualización de simpatía hacia nuevas tecnologías de probablemente incluso y esto sé que puede sonar un poco un poco feo, o seguramente lo es, pero de capacidad de adaptarse a las tecnologías también. ¿Por qué te digo lo de los grados? Por ejemplo, el otro día me decía un amigo ya de una o dos generaciones arriba de la mía, me decía yo tengo un despacho totalmente tecnológico, ya hasta tenemos correo electrónico.

Esa era la reflexión entonces, a ver. En fin, hay gente que dice yo utilizo para atender al cliente las nuevas tecnologías porque contesto los whatsapp, en fin, son grados. Yo no lo vería como blanco o negro, pero lo que sí estoy notando es un movimiento muy, muy marcado, cada vez más intenso, irreversible desde mi punto de vista, hacia el uso de nuevas tecnologías, hablar de inteligencia artificial en el derecho, hablar de software que resuelven problemas jurídicos o inteligencia artificial predictiva de posibles resultados de litigios o de cálculo, de montos de indemnizaciones en el derecho de daños, etcétera. Era como hablar de ciencia ficción.

Hoy ya no, hoy ya forma parte cada vez más del discurso jurídico, digamos estándar todavía. No quiero tampoco ser ingeniero ni pecar de optimista exagerado, pero sí estamos caminando hacia allá y estamos caminando decididamente, estamos caminando con cierta velocidad, te diría.

P: Ahora, en tu opinión, qué estás tan expuesto a distintos tipos de abogados que buscan capacitarse y que una parte de ellos le tienen miedo a la tecnología, ¿qué le dirías a esos abogados que no se suben al tren del legaltech, qué consejo le darías?
R:
Es una pregunta maravillosa porque me permite recuperar un concepto de Richard Susskind. Richard sostiene en varios de sus libros porque él empieza a publicar esto en los años 90, muy al principio de los 90. Tiene tres o cuatro de esa década, hasta que llega este famoso de los abogados del mañana y luego publicó un poco antes de la pandemia que se llamaba Online Courts and the Future of Justice, no los tribunales en línea del futuro de la justicia y él en mucho en casi todos sus libros habla de un fenómeno que ahora traigo a colación para contestar tu pregunta, que es el rechazo irracional.

Que es cuando una persona en el campo jurídico se niega a trabajar con una tecnología que desconoce y que nunca la ha utilizado. Entonces mi reflexión aquí sería que nos diéramos la oportunidad de acercarnos a las nuevas tecnologías, de probar dentro de la enorme gama, porque no estamos hablando de una o dos cosas, estamos hablando de una panoplia de posibilidades de soluciones tecnológicas a nuestros problemas, etcétera. Entonces, primero, tener una disposición psicológica de apertura, de flexibilidad, de aceptar que el mundo está cambiando y que podemos cambiar con él, y que tampoco se nos pide un postdoctorado en la Universidad de Singapur para entrar en esto es que requiere esfuerzo, requiere tiempo, pero tampoco es una cosa como ir caminando al desierto del Sahara.

Vaya entonces disposición psicológica para esta apertura y dos pruebas. Un abogado in house va a necesitar un paquete de software o una solución tecnológica diferente a alguien que está en un despacho postulando en materia de litigio de telecomunicaciones. Y esto a su vez es muy diferente a las necesidades que tiene alguien que está en la vida académica o que tiene una empresa de servicios paralegales, como le llaman en Estados Unidos los famosos paralegal. O sea ya hay que ir buscando lo que se adapte, hay que ir buscando aquello que nos permita tener un mejor rendimiento, que permita dar mayor atención, que permita también.

Y en esto el Chat GPT nos está suponiendo un gran reto aumentar nuestra productividad. Eso es lo que antes hacíamos en cinco horas, ahora lo podemos hacer en una hora. Oye, pues o dedicas esas cuatro que te restan a hacer networking con más clientes, a difundir tu firma legal o a jugar al golf o a lo que tú quieras. O a ir al cine con tu familia, lo que sea. Pero esa oportunidad, Mariano cualquier persona inteligente no la dejaría ir. O sea, ¿por qué tienes que dejar pasar algo que venturosamente, afortunadamente, la vida nos puso enfrente? Estamos viviendo el tiempo de la tecnología. Estamos viviendo el tiempo de la modernidad.

Ninguna generación antes que la nuestra en la historia de los seres humanos había tenido esto que nosotros tenemos a nuestro alcance. Sería muy estúpido dejarlo pasar. En fin, yo creo que hay que aprovecharlo y hay millones de personas que lo están aprovechando, evidentemente tal cual.

​​Para completar esta idea acabo de leer un artículo muy bueno en el New York Times de un historiador que hacía esta reflexión. La comparto a ti y a todos los que oyen este magnífico podcast de Lemontech. Decía, ¿cómo Chat GPT te va a afectar el trabajo de los historiadores? Esa era la pregunta que él se formulaba en el artículo y justamente decía lo mismo que acabas de señalar, el concluía que Chat GPT no va a quitar el trabajo a los historiadores. Lo que nos va a quitar el trabajo aburrido, el trabajo rutinario, el trabajo repetitivo, el trabajo mecánico.

Pero la interpretación de hechos históricos, el planteamiento de hipótesis de por qué sucedieron, por qué el curso de la historia tuvo cierto rumbo y no otro, por qué intervinieron determinados actores, ¿qué papel jugó tal protagonista o tal otro protagonista?

Nos va a quitar el trabajo rutinario, pero luego el talento, la finura, la sensibilidad, el expertise jurídico, ese sigue siendo nuestro y eso nadie nos lo va a quitar. Y eso es lo que te genera un volumen de honorarios razonable por parte del cliente. El cliente te va a pagar si tú aportas eso, no, si no aportas nada como hoy, eso ya sucede hoy, entonces eso va a seguir sucediendo en el futuro. Las nuevas tecnologías aplicadas al mundo jurídico.

P: ¿Cómo ves tú el futuro de los despachos de abogados en México y del Derecho general en México, pero en particular de los despachos de abogados?
R:
Yo creo que es un futuro promisorio, pero que va a requerir mucha adaptación. Y sí, hay que decirlo con todas sus letras. Si hay un riesgo de obsolescencia de una parte de los servicios jurídicos que se prestan hoy en día en el país, porque también lo cierto es que estas tecnologías, en la medida en que te permiten aumentar, pero al bueno, no me atrevo ni a ponerlo, pero te permite argumentar muchísimo tu productividad, pues de la misma forma te permiten atender un volumen mucho mayor de asuntos. Entonces sí puede haber un efecto en donde las las firmas que estén, digamos, como luchando por salir adelante, las firmas que no se adapten muy bien o que no tengan una ventaja competitiva.

Estoy citando al profesor Porter de la Harvard Business School, el texto famoso de ventaja competitiva, etcétera La van a pasar muy mal, y yo creo que ya venimos de un momento, no quizá muy óptimo, porque un primer golpe, como sabes Mariano, fue la crisis financiera de 2008-2009, pero luego vino la pandemia y la pandemia pegó durísimo. En el sector legal muchos despachos pasaron penurias financieras, algunos tuvieron que reducir su nómina, despedir trabajadores y trabajadoras, algunos tuvieron que cerrar incluso entonces.

Ese es el contexto en el que ahora llega el impacto de las nuevas tecnologías. No es un contexto fácil para la profesión jurídica. Entonces sí hay un riesgo no teórico, no académico diría yo, cercano, inminente, real de obsolescencia y de que haya gente que se quede con pocos asuntos y mal pagados. Y luego, viéndolo positivamente, también hay una gran oportunidad de la gente que se ponga a trabajar con estas herramientas, que tenga la apertura, la disposición psicológica, mental, la actitud de asumirse como lo que yo y creo que debemos hacer, que es que somos estudiantes para toda la vida, para toda la vida. No es que yo tenga el título de no sé qué y de no sé cuántos y entonces yo ya no sé, no necesita perder.

Mira, yo tengo, y afortunadamente desde hace muchos años, el máximo título académico que es el doctorado. Y yo de todas formas me asumo todos los días como un estudiante. Yo todos los días tengo, me pongo yo mismo mis tareas, me pongo yo mismo mis mis deberes de estudio, tengo que leer esto, tengo que leer lo otro, me falta esto, me voy formando no sé qué bueno, y así es. Y la verdad es que hay veces en estos años he pensado que después del doctorado estudiar tres o cuatro doctorados ya sin que me dé nadie el título, ya por el gusto, por la necesidad profesional de seguir estudiando, pero creo que eso es lo correcto.

Creo que eso es lo que nos mantiene útiles en el mercado y que nos genera también, digamos, posibilidades altas de éxito. Pero si tú te abandonas, si tú abandonas, si tú cierras esta predisposición, esta actitud, esta psicología, este mindset, me gusta mucho como los fraseos, pues no, no la vas a pasar bien. La firma en la que estás tu tarea como abogada, como abogado, si corres riesgos, eso lo quiero equilibrar. Vaya, ni muy positivo ni negativo, pero es la verdad.

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