En muchas empresas, especialmente aquellas con presencia en distintos territorios o una alta carga operativa, las gerencias legales aún pierden tiempo porque dependen de canales formales para recibir las notificaciones de demandas y no cuentan con un canal único que centralice esa información.
El problema es que, para ese momento, los plazos legales ya están corriendo y las posibilidades de respuesta estratégica se reducen. La falta de trazabilidad en las notificaciones, la descentralización operativa y la ausencia de sistemas preventivos generan riesgos jurídicos innecesarios que podrían evitarse con una gestión más anticipada.
La buena noticia es que hoy existen tecnologías que, complementando la notificación oficial establecida por Ley, permiten a las áreas legales enterarse de manera más ágil y estructurada si la empresa ha sido demandada, a través de herramientas que monitorean los registros públicos disponibles.
Estas soluciones no reemplazan la notificación formal, pero sí la complementan, permitiendo actuar con mayor rapidez una vez que se confirma la existencia de una demanda, reduciendo los tiempos de reacción, mejorando la coordinación interna y fortaleciendo la preparación jurídica desde el primer momento en que la información está disponible.
Este tipo de visibilidad entrega a las gerencias legales una ventaja clave: control. Control para organizar la defensa, coordinar con las áreas involucradas y asegurarse de que ninguna notificación se pierda o quede sin seguimiento por fallas operativas.
Ejemplos de notificaciones del poder judicial en Latinoamérica
En Chile, por ejemplo, muchas notificaciones judiciales en causas civiles, laborales o familia no son entregadas directamente a los representantes legales, sino que los receptores judiciales las notifican a cualquier persona que se encuentre en el domicilio registrado, lo que suele incluir guardias de seguridad, personal de aseo o empleados que no tienen relación con el área jurídica.
Esta dinámica genera pérdida de trazabilidad, confusión y retrasos críticos en la contestación de la demanda o la preparación de audiencias clave. Algunos equipos legales ya están vigilando directamente los RUTs (N° de identificación de la empresa) que desean monitorear, y al recibir alertas la alerta oficial en un solo canal, recuperan control sobre el proceso y con ello ganan margen de maniobra.
Con esta misma tecnología en Perú, las gerencias legales podrían acceder a información sobre denuncias ingresadas en INDECOPI antes de que lleguen por vía oficial. Esta anticipación abre la puerta a intentar una conciliación directa con el consumidor, corregir posibles prácticas internas, prevenir sanciones y evitar el daño reputacional. Además, permitiría actuar con tiempo suficiente para coordinar internamente, preparar documentación y evaluar si el caso puede resolverse sin avanzar hacia la formalización.
En Ecuador, las áreas legales podrían vigilar directamente los procesos que ingresan al sistema eSATJE, lo que les permitiría anticiparse a litigios propios y monitorear a proveedores, aliados y subsidiarias.
Las áreas legales que trabajan con esta visibilidad temprana pueden preparar una defensa más robusta, ajustar balances o estrategias internas si anticipan una posible condena, y tomar decisiones operativas sin el factor sorpresa. También evitan sanciones por incomparecencia y reducen significativamente el impacto financiero del litigio.
Ventajas de actuar antes
Contar con una estrategia de vigilancia legal aporta múltiples beneficios que van más allá de lo jurídico. No se trata sólo de evitar sanciones, sino de proteger la continuidad operativa, la reputación de la empresa y su estabilidad financiera.
Algunas de las ventajas que reportan las gerencias legales que trabajan con este enfoque incluyen: Mayor tiempo para organizar una defensa técnica y documental sólida, una posibilidad real de resolver conflictos por vías extrajudiciales antes de que escalen, reducción de costos asociados al proceso judicial o administrativo, anticipación para tomar decisiones comunicacionales o corporativas, prevención de sanciones y mejora en el cumplimiento regulatorio.
Así, en un entorno cada vez más expuesto al escrutinio público, a regulaciones estrictas y a litigios que pueden escalar rápidamente, esperar a encontrar las notificaciones del poder judicial ya no es una estrategia viable para las gerencias legales.
Las empresas en Latinoamérica tienen hoy la posibilidad de actuar con más información y reducir los efectos negativos de una demanda mal gestionada. Incorporar sistemas de vigilancia legal no es una moda, sino un paso natural hacia una gestión jurídica más preventiva, profesional, conectada con los objetivos estratégicos del negocio y en línea con el escenario tecnológico disponible para el área legal.
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