Trashumancia Legal

Los pájaros, cuando migran, avanzan por los cielos sin parar. Ya sea de madrugada o en el crepúsculo, es un espectáculo y un privilegio para quienes han tenido la oportunidad de verlo. Se percibe durante largos minutos un largo torbellino de aves pasar, no todas al mismo tiempo. Sí lo hacen hacia una dirección desconocida que, sin embargo, todos parecen intuir como si dispusieran de una brújula, esa indispensable para los navegantes.

No todos los pájaros migran. Solo algunas especies tienen la necesidad de hacerlo, empujadas por parámetros biológicos, ancestrales. También migran por necesidad, cuando hace más frío y cuando el alimento escasea. Lo hacen pues les faltan los recursos para su vida. Otras aves, en tanto, se quedan en el barrio, al borde del mar, en los cerros, tranquilos, aparentemente felices por estar donde están.

Una trashumancia parecida a la de los pájaros migrantes ha estado ocurriendo en la industria legal de la región, acaso también en la de otros continentes. A fines de 2021, ya casi post pandemia, es evidente que ocurrieron transformaciones en los estudios de abogados.  La pandemia aceleró, tal vez, ansias instintivas de migración, antes reprimidas por la razón. Algunos abogados comenzaron a analizar sus jornadas de trabajo, sus remuneraciones y las de sus pares, las condiciones materiales de sus oficinas, sus beneficios. El resultado de este análisis e introspección fue un saldo negativo para las oficinas y sus socios.

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¿Qué buscan hoy estos abogados/as?

¿Qué buscan hoy estos abogados/as? El salario –el recurso vital– sigue siendo primordial. Pero también lo son otras condiciones de la vida cotidiana. Las abogadas que son madres quieren más libertad para volar hacia sus retoños, ya sea eligiendo o disminuyendo sus horarios presenciales, lo que perfectamente permite el teletrabajo y el sinfín de herramientas informáticas y productivas impulsadas en todos los sectores productivos. 

La libertad propia de los pájaros es un regalo que los millennials asentaron en el mundo laboral. Su comportamiento económico, distinto del de generaciones que los precedieron, su adicción a la tecnología en todos sus formatos y su priorización de metas personales permitieron que la vida personal y el sentido del trabajo fueran prioritarios. En los estudios esto se traduce en reconocimientos, espacios, gestión de talento e incentivos que a veces no se han captado adecuadamente. Entonces, ser parte de la bandada año tras año no es algo evidente.

Otros profesionales se dieron cuenta que el barrio era aburrido o que las migajas de pan eran mejores en otros lados, y se atrevieron a migrar, sin mirar hacia atrás, avanzando hacia un territorio desconocido que intuyen más desafiante y mejor. Es el caso de tantos emprendedores que salieron de estudios jurídicos grandes, donde estaban cómodos, pero quizás sin un horizonte tan atractivo como es el que se exhibe durante una puesta de sol.  Esos abogados migrantes, los aventureros y navegantes de alma, enfrentarán los retos de la creación de una empresa, el desarrollo de un plan de negocios, el financiamiento de los primeros meses, la búsqueda incansable de clientes y el marketing del estudio nuevo. Habría que aclararles que volar hacia un destino desconocido nunca es fácil, aunque se intuya que es lo que el instinto manda hacer.

Un proceso fascinante de observar

La migración de los pájaros, al igual que la de los abogados/as que toman un rumbo distinto, es un proceso fascinante de observar, especialmente para quienes estamos en la industria de las comunicaciones. Ese vuelo hacia otros lados, para algunos profesionales es ineludible.  

De alguna forma refleja algo parecido la última edición sobre Latinoamérica del esperado ranking Legal 500, un reputado directorio jurídico internacional. Da cuenta de que hay incesantes movimientos en la industria legal de Chile, resiliencia y versatilidad de los estudios, en la de Brasil, no tantos cambios en Perú o Argentina. En México, se reportan spin-offs desde grandes estudios que se quedaron con prácticas vacías. En Chile, las cosas están ciertamente mutando y para mejor en diversos aspectos. Se observa que “varias oficinas están tomando medidas significativas para cambiar el status quo. Grandes estudios están adoptando cierta paridad de género y han implementado políticas de género que permiten flexibilidad a aquellos de sus integrantes con niños pequeños”.

Un aspecto todavía turbador del escenario global, quizás, es que la percepción de la noción de tiempo ha cambiado. Los tiempos de vuelo parecieran apurarse. Para los estudios jurídicos y para los profesionales del Derecho, la migración de los pájaros debería ofrecer múltiples ángulos de reflexión. 

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1 comentario

Magdalena

Noviembre 11, 2021 7:29 pm

Muy buena!