Y después de la pandemia, ¿qué?

“La verdadera inteligencia de los seres humanos se demuestra en su facilidad de adaptarse a los cambios”. Esta frase, cuyo autor espero no plagiar porque lamentablemente lo desconozco dado que la aprendí hace muchos años de un sabio conocido, tiene plena vigencia en estos tiempos y, sin lugar a dudas: ¡se siente más real y viva que nunca! 

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Ciertamente la pandemia originada por el Sars-Cov-2 (Covid19) precipitó, de forma totalmente inesperada, una multitud de cambios para todos los ámbitos de nuestras vidas y, sin excusas ni pereza, nos vimos avocados a sentirlos, en algunos casos a padecerlos, pero siempre a tratar de manejarlos y vivir con estos de la mejor manera posible, lo paradójico es que esos cambios, en silencio pero frente a nuestros distraídos ojos, ya venían dando “pasos” hacia nuestras vidas, acercándonos de manera casi que imperceptible a lo que hoy se conoce como la “Revolución Tecnológica”. 

Sin darnos cuenta, desde hace varios años, en nuestro vocabulario iban apareciendo unos “especímenes” de palabras un tanto “exóticas” y algo “extrañas”, sacadas de ese típico anglicismo que usamos los latinos para “estar en la onda”, que poco a poco se fueron acoplando a nuestro vocabulario diario y que, en su momento, empezamos a adoptar: este es el caso de las palabras “social media” y “likes”, “software – hardware”, “cloud computing”, “digital  marketing”, “loading pages”, “blockchain”, “bitcoins”, “algorithms”, “marketplaces” (entre otros ), y no se diga en nuestro amado mundo jurídico con los términos “legaltech”, “machine learning”, “smart contracts”, “fintech”, “crowdfunding”, “connected compliance” y un largo etcétera, pero: ¿éramos conscientes de lo que se nos iba a venir con todo esto? Confieso que yo no y menos del impacto que iba a representar para mi profesión. 

Es por esto que insisto en que esos cambios, en silencio,  sin sentirlos tanto y a pesar de estar frente a nuestros distraídos ojos, se hicieron reales de un momento a otro en estos tiempos de pandemia y nos obligaron a adaptarnos a estos en unas velocidades impresionantes, sin darnos espera de nada, con resultados buenos, otros regulares y con otros muchos a la espera de soluciones. 

Evidentemente los servicios de asesoría legal y jurídica en los diversos campos, así como los servicios brindados por el Estado en materia de Administración de Justicia, tuvieron profundos y significativos cambios que se ven fácilmente en una consiente y verdadera adopción de las “tecnologías de la información y las comunicaciones -TICs-. 

Lo anterior se tradujo en un incremento exponencial en la realización de reuniones de trabajo y audiencias de forma virtual, la adopción del correo electrónico como mecanismo fundamental de comunicación, la digitalización de expedientes judiciales y arbitrales, el uso de herramientas “cloud” para almacenamiento de archivos, el uso de “apps”, el buen y muy útil uso de los sistemas de facturación electrónica, la adopción de sistemas electrónicos de ”compliance” y gestión de riesgos por LA/FT, fortalecimiento de sistemas electrónicos judiciales como Pretoria, Tyba, sin dejar de lado los de las Superintendencias, la adopción de normas jurídicas que flexibilizaron las formalidades que tanto nos encantan a los abogados  (por nombrar algunos). 

Y las cifras no son nada despreciables: El crecimiento de la industria de servicios legales fue de un 2% comparado con el decrecimiento de la economía nacional que fue del -6,8%, más de un billón de pesos en ingresos para las 61 de las 683 Firmas más grandes del país, transacciones por M&A por valor de USD $4.751, digitalización de 610.000 tutela para estudio de la Corte Constitucional país (Revista Dinero, Ed. 2048, ago. 2021), audiencias judiciales y reuniones virtuales que pasaron de “… 29 mil a más de 800 mil” (Ámbito Jurídico, Ed. Jul. 2021). Tampoco se puede dejar de lado el ahorro de más de $20.000 millones de pesos para el Estado en costos de funcionamiento de la Rama Judicial, sin contar con el buen impacto ambiental y ecológico que ha dejado todo esto.

Es por todo esto que llegó el momento para que pensemos en un escenario post-vacunas, de “normalidad aparente”, de cifras menos dramáticas de muertes y contagios y de una aparente reducción del “efecto pandemia” en todos los sectores de la economía, porque si bien respondimos con medidas de choque y adaptación para esos cambios (algo que hace meses le llaman “reinvención”), algunas de estas, si bien temporales, deben permanecer como parte de una nueva realidad mundial, dejando de lado las reservas y los miedos a las transformaciones y al buen uso de la tecnología, porque no es momento de retroceder ni menos de usar prácticas y métodos atávicos, ortodoxos y arcaicos. 

No quiero extenderme más, por respeto al lector y al editor, pero llegó la hora para que las empresas y sobre todo las Firmas y los abogados puedan invertir en servidores “cloud” para el manejo de su información, en “software” para el manejo y gestión de sus procesos, en una muy buena infraestructura tecnológica, en plataformas o “apps” que les permitan no solo acceder de forma fácil y eficiente a otros mercados sino también a un mejor manejo de sus clientes y prospectos y algo muy importante: la confianza y tranquilidad que sus trabajadores podrán desempeñar sus labores en menos horas, sin los desgastes diarios de acudir a una sede física y,  posiblemente, con un mayor compromiso y responsabilidad a partir de métodos como el teletrabajo o el “homeoffice”. Es por esto que me pregunto: Y después de la pandemia, ¿qué?

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4 comentarios

Maria Nohora Nieto Jaramillo

Agosto 23, 2021 5:50 pm

Excelente!! Totalmente de acuerdo contigo, las TIC’s son imperativas , Gracias por compartir!

Ana DeCoy

Agosto 23, 2021 9:34 pm

Excellent articulo y buenas sugerencias que tienen sentido comun. Felicitaciones por tan profundo cuestionamiento.

Clemen

Agosto 25, 2021 12:01 am

Interesante artículo acerca de la pandemia y los cambios ocasionados en todos los niveles. Excelente el análisis de el Dr. Rodriguéz. Sus comentarios indudablemente reflejan su conocimiento y experiencia e invitan a reflexionar.

Jorge Anibal Rojas Currea

Agosto 25, 2021 1:20 am

Mi querido y muy apreciado sobrino Simón, ante todo desconocía sus excelentes habilidades, muy bueno su juicioso análisis frente a lo que nos tocó vivir y seguimos viviendo.
La verdad, me quito el sombrero, de corazón lo felicito y deseo que Dios lo siga iluminando en sus actividades como Jurista.
Fuerte abrazo mi hermano