Este artículo fue redactado para El Mercurio Legal.
No es suficiente saber mucho sobre algún tema. Si bien es cierto el conocimiento es una condición básica para ofrecer servicios se requiere tener otras capacidades y habilidades para ser contratado al momento de ofrecerlos. La credibilidad se sustenta en tres factores:
Las habilidades blandas se entienden como aquellas condiciones personales que facilitan las relaciones interpersonales y generan los vínculos de confianza necesarios para lograr un buen intercambio y trabajo en conjunto.
En todo servicio profesional es necesario generar confianza, cuestión que se hace más notoria en los servicios jurídicos ya que el cliente quiere soluciones respecto de materias que no domina y muchas veces le cuesta entender a cabalidad, dada su complejidad.
Muchos abogados ven con perplejidad el hecho de que otros colegas han podido crecer sin ser especialmente “mejores profesionales”. ¿Qué hace que los clientes opten por un abogado por sobre otro?
Intentaré entregar un decálogo que nos permita aproximarnos a reconocer los factores de éxito en el servicio jurídico, mirado desde la perspectiva de la satisfacción del cliente. Las habilidades blandas necesarias para satisfacer al cliente, a mi entender, son:
Esta enumeración es una aproximación basada en los comentarios que he recibido, tanto de clientes de estudios jurídicos como de los abogados, agregando que, en la base, el cliente busca que el cobro por los servicios sea acorde con el valor del servicio ofrecido y con lo que el mercado establece.
Las “habilidades blandas” son las que generan fidelización, en síntesis estas son: seriedad profesional, empatía, compenetración, capacidad de comunicación, disponibilidad, prevención, proactividad, veracidad, sabiduría y realismo.
Profesionales con un buen nivel de conocimiento existen, lo es más escaso es encontrar profesionales completos que reúnan todas las habilidades blandas requeridas, las que, al final del día, son las que permiten establecer relaciones de largo plazo.