Estallido social, Coronavirus y la necesidad del teletrabajo en Chile

El 18 de octubre, sin duda alguna, marca un antes y un después en la sociedad chilena. El estallido social puso sobre la mesa temas importantes para reflexionar: la desigualdad, la injusticia, las instituciones e, incluso, dio pie a la discusión sobre iniciar un eventual proceso constituyente para el país, con el fin de crear un nuevo pacto social. 

Todo lo anterior desencadenó un frenesí por legislar, tanto con nuevos proyectos de ley como con la aceleración de otros presentados con anterioridad al 18 de octubre.

Uno de los temas que ha surgido como parte del “nuevo Chile” es respecto a la dinámica del trabajo que existe hasta hoy. Las revueltas que existieron en diferentes puntos de la ciudad forzaron a que las distintas empresas, entre ellos estudios de abogados, tuvieran que acortar sus jornadas laborales o, incluso, permitir que sus trabajadores hicieran sus labores en sus propias casas. Y esto trajo un nuevo tema para reflexionar: ¿es posible trabajar desde la casa? ¿esto está regulado por nuestra legislación? 

El teletrabajo en la ley chilena

Actualmente, el homeoffice o teletrabajo solamente se menciona en la legislación chilena en el artículo 22 inc. 4 del Código del Trabajo, como una de las posibles exclusiones a la jornada laboral ordinaria (45 horas semanales), pero sin ninguna profundidad ni mayor regulación sobre esta modalidad.

A raíz de la falta de normas sobre esta materia, durante el 2018 el Ministerio del Trabajo y Previsión Social envió al Congreso un proyecto de ley para regular el homeoffice como una de las posibles alternativas contractuales en un vínculo laboral. Este proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de Diputados y actualmente está tramitándose en el Senado. Este tema saltó también a primera plana cuando el Presidente Sebastián Piñera decretó recientemente máxima urgencia para este proyecto como parte de las medidas anunciadas en Chile para enfrentar la crisis sanitaria por el Coronavirus.

El proyecto en cuestión busca incorporar un nuevo capítulo al Código del Trabajo dedicado exclusivamente a regular el homeoffice para que cualquier empleado interesado pueda pactarlo con su contratante, siempre y cuando la naturaleza de las labores lo permita, evitando así arbitrariedades o atropellos contra el trabajador que necesita u opta por esta opción. 

Si bien este proyecto contempla en principio que únicamente pueden solicitarlo aquellos que tengan alguna necesidad especial (ya sea algún tipo de discapacidad o responsabilidad familiar), también pueden solicitarlo aquellos empleados que quieran reducir sus tiempos de transporte o mejorar su calidad de vida.  

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La práctica del homeoffice y sus beneficios

El trabajo a distancia comenzó a discutirse y aplicarse en Chile desde hace algunos años, como una forma de contentar al cliente interno de las empresas: los trabajadores.

Algunas empresas adoptaron esta práctica como parte de los beneficios sociales para los trabajadores, a fin de convencer, motivar y retener el talento más joven del mercado laboral. Según una encuesta realizada por Laborum.cl en el 2019, el 40% de los participantes considera que la flexibilidad laboral es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta para sentirse felices en su trabajo, siendo el homeoffice una expresión muy concreta y bien recibida de flexibilidad.  

En general, el beneficio consiste en elegir un día a la semana para trabajar en casa, acordándose esto con anterioridad junto al empleador. Por otra parte, también existe como una forma de atraer talentos en distintas partes del mundo y no necesariamente limitarse a una búsqueda local de candidatos, y así poder encontrar el perfil adecuado para cada uno de los cargos que se necesite completar. 

El teletrabajo como respuesta a situaciones de crisis

Debido al estallido social entre octubre y diciembre del 2019, los tiempos de traslado aumentaron al doble o incluso al triple y, además, se redujo el horario de funcionamiento del metro y de algunos recorridos de buses del Transantiago. Como consecuencia de lo anterior, el homeoffice se convirtió en una necesidad para muchas empresas, teniendo que adaptarse rápidamente a estas condiciones. Entre estas empresas hubo también algunos estudios de abogados, quienes tuvieron que organizarse rápidamente de forma remota.  

Es muy probable que, con la constante movilización ciudadana, se requiera cada vez más la aplicación de esta forma de trabajar, a fin de evitar conflictos por la falta de un transporte público adecuado o para evitar poner en riesgo a los trabajadores. 

Por otra parte, surgió a nivel mundial un conflicto sanitario causado por el Coronavirus o COVID-19, enfermedad que surgió en China a finales del 2019 y que se ha expandido rápidamente. El pasado 11 de marzo fue declarado como “pandemia” por la OMS. 

Actualmente, el coronavirus está afectando no solo la salud de las personas, sino que también la salud financiera de los estados. Se estima que este primer semestre tendrá un costo alrededor de US$280.000 millones (Capital Economics). El principal indicador bursátil de Wall Street tuvo su mayor caída desde 1987, y también hubo una gran caída del valor de las bolsas de Londres, Milán, París y Madrid, entre otras importantes a nivel mundial. 

Lo anterior, ha significado que los distintos mandatarios de los países afectados tomen medidas tales como cerrar sus fronteras a vuelos internacionales (Estados Unidos y Colombia), decretar una cuarentena nacional (Italia) o generar nueva infraestructura para enfrentar esta verdadera crisis sanitaria (China). En general, existe un ambiente de pánico por los efectos causados por esta enfermedad, tanto en lo sanitario como en lo económico. 

Ante esta situación, es probable una eventual cuarentena mundial, ya sea decretada oficialmente o autoimpuesta por la población debido al temor por el virus. Las empresas deberán enfrentarse a la decisión de dejar de producir o adaptarse al hecho de que la gente se quedará en sus casas. El teletrabajo es una opción viable para que muchos sectores productivos, destacando las firmas de abogados, puedan continuar con sus actividades sin verse tan afectados por el ausentismo laboral. 

¿Qué se necesita para poder implementar el teletrabajo?

En primer lugar, se requiere que esta modalidad esté regulada, para que no exista precarización de las condiciones de trabajo, ya que, en algunos casos, el teletrabajo se usa como excusa para contratar a un trabajador como un prestador de servicios siendo que existe un vínculo de subordinación y dependencia, que dan origen a un contrato de trabajo, con todo lo que eso implica. 

Además, permite que se eviten arbitrariedades en la implementación de esta práctica, estableciendo protocolos adecuados para su uso y responsabilizando tanto a trabajadores como empleadores en su aplicación. 

En segundo lugar, se necesita un adecuado uso de la tecnología, para poder coordinar a los distintos trabajadores con sus empleadores, a fin de desempeñarse adecuadamente en sus labores. Un estudio realizado en 2018 por Fideworks Consultores por encargo de una empresa de tecnología, reveló que un 76% de la muestra considera que su smartphone es una herramienta fundamental para desarrollar sus labores, es decir, el uso de aplicaciones, software u otros, es parte de la cultura laboral de nuestro país, por lo que es una necesidad latente el contar con el uso de tecnología a fin de organizar las funciones y tareas concretas de cada uno de los trabajadores.

Incluso, considerando el contexto nacional actual, es posible que el homeoffice aumente tanto en la cantidad de trabajadores que lo solicitan como en la cantidad de días que lo necesiten, por lo que el uso de software de gestión y control, entre otros ámbitos, facilitarán la coordinación de todos estos elementos. 

En tercer lugar, hay que construir una cultura correcta en el uso de esta práctica tanto para trabajadores como empleadores. Con esto me refiero a que el público general entienda que el homeoffice no es un día libre para el trabajador, sino que es un día laboral más en el cual se debe estar a disposición del empleador y del adecuado funcionamiento de las actividades encomendadas, o por lo contrario, que el empleador no entienda el trabajo a distancia como la posibilidad de disponer del tiempo del trabajador sin ningún límite, lo que podría incurrir en un incorrecto uso de ésta práctica.

El homeoffice en la industria legal

El trabajo jurídico está generalmente organizado como el seguimiento de proyectos concretos encomendados por un cliente, pudiendo ser tanto una causa judicial como también una asesoría constante en diversas materias del derecho. 

Estos proyectos se asignan a un abogado o equipo para que lleven a cabo lo comprometido con el cliente. Todo el flujo descrito es posible organizarlo de forma remota, formulando un protocolo adecuado y complementado con el uso intensivo de tecnología. 

La industria legal no se distancia de otras industrias en su organización, por lo que, cumpliéndose las razones mencionadas (regulación legal, tecnología adecuada y cultura laboral), es posible avanzar cada vez más hacia un uso común del teletrabajo. 

Es común que los abogados que tienen actualmente el beneficio de trabajar desde sus casas comenten que las labores que requieren de mayor concentración sean las que decidan realizar remotamente, dado que tienen un mejor rendimiento. Por otra parte, los socios de aquellos estudios cuentan con diversas herramientas que permiten hacer una asignación y seguimiento del trabajo que se está realizando fuera de sus oficinas, por lo que se muestran conformes con los resultados. 

El futuro de los estudios jurídicos dependerá de su adaptación a estas nuevas lógicas, tanto en el flujo organizacional, flexibilidad laboral y uso intensivo de herramientas digitales especializadas que permitan la optimización de sus procesos.

Además, la implementación de esta práctica ha sido forzada en cierta manera por contingencias como el estallido social (el que aún no ha finalizado) o la crisis del coronavirus que ya ha ocasionado drásticas medidas a nivel mundial para frenar la pandemia.

El teletrabajo será una alternativa y una realidad cada vez más común ante estas eventualidades. Cabe realizar la pregunta, ¿está tu empresa preparada para continuar operando de forma 100% remota?, ¿cuentas con las herramientas necesarias para llevar a cabo tus funciones de manera virtual?

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