El resplandor en el sector legal

A la mayoría de los sectores, pero sobre todo al legal, siempre busca anticiparse. Así, satisface su naturaleza de tener todo bajo control y se puede asesorar de mejor manera a los clientes al avistar riesgos futuros.

Sin embargo, en los tiempos que corren, todo puede ser o no ser. Vivimos una incertidumbre diaria en todos los ámbitos que alborotan nuestros pensamientos y emociones.

El miedo, más allá de estar definido como una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario, es tremendamente poderosos y voraz: es capaz de paralizarnos o ser la fuerza que nos impulse a movernos y cambiar, adaptarnos y avanzar. Nosotros somos quienes decidimos, pero lo importante es justamente eso, tomar decisiones. 

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Salir de la zona de confort

No soy filósofa, pero como periodista y coach, creo que lo más complicado de salir de la llamada “zona de confort” de manera forzosa -como todos nos hemos visto a causa del Coronavirus-  son nuestros propios pensamientos y creencias grabadas en nuestras mentes que nos limitan a tomar decisiones y nos dejan como pasmados, en stand-by, observando, y a la espera de saber qué nos deparará el futuro, a nosotros y a nuestros clientes. 

Cuando sentimos ese miedo paralizante, nos lleva a mantenernos en una constante, sin probar nada nuevo, solo lo que obligadamente ya nos hemos visto envueltos como sociedad, al trabajo remoto y el uso de la tecnología en su máxima expresión.

Mucho Zoom, Meet, webinars, WhatsApp y llamadas por celular, digitalización de documentos, y hasta audiencias y litigación virtual. Pero, ¿qué va a pasar? Con la sobre-información de expertos y de otros no tanto, el sentimiento que queda es de alarma. Y es el estado de alarma lo que activa el estrés y nos lleva a entrar a un círculo vicioso de temor, angustia, mal dormir, ansiedad, mal carácter y en algunos casos de desesperación. 

El camino oportuno ante la realidad

Reconocer y tomar profunda consciencia de que lo único constante es el cambio y aceptar humildemente esta condición para poder de a poco comprender. Y, a modo de prueba y error, ir tomando pequeñas decisiones que nos mantengan on track: ese es el camino para salir jugando en estas circunstancias. Resistirse es simplemente perpetuar la condena. 

El éxito se trata de asumir riesgos y tomar decisiones fuertes. Entre más nos detenga el miedo, más aumentará y será más difícil de superar. El truco es moverse más rápido que el miedo mismo. Porque como dicen: donde hay confort, hay complacencia; y ese es el enemigo básico del éxito.

El miedo y las oportunidades

Cuando le demuestras al miedo que se equivoca una y otra vez, desarrollas confianza. Y usado de la manera correcta, el miedo puede ser la emoción que más te impulse al éxito. Si empiezas a asociar el miedo con las oportunidades, podrás ver esta sensación como una fuerza que dirija la evolución de tu empresa y tu persona. No solo eso, podrás descubrir la alegría y satisfacción de vencer tus propios límites. También dicen que el miedo es sabiduría. Una sensación muy emparentada con los instintos. Cuando las emociones se vuelven fuertes, es momento de escucharlas.

Reprimir el miedo solamente sirve para generar ansiedad, algo que te roba la oportunidad de confrontar tus temores y dejar que te impulsen. Ya se viene el resplandor. ¿No tienes miedo?

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