La industria legal ejerce su profesión bajo estricta rigurosidad y profesionalismo al tener que leer, analizar, cruzar información y pensar soluciones para sus clientes a largo plazo en las diferentes áreas de práctica.
He sido testigo de miles de horas de lectura, concentración, destacadores en mano, anteojos puestos, pantallas cada vez más grandes y muchas carpetas con antecedentes e información con el objetivo de clasificarla en la cabeza y estar lúcidos para dar cabida a la ocurrencia, a las ideas que podrán proteger a su cliente. Todos saben que esto conlleva gran cantidad tiempo valioso. Tiempo que cada vez es más escaso.
El valor del tiempo
Decidí escribir sobre el valor del tiempo porque, sobre todo para los abogados, es lejos lo más preciado y caro en el momento de gastarlo en otras misiones que no sea su core business. No se lo tomen a mal, pero ese gen controlador innato que poseen más dificulta la maravillosa opción en los negocios que se llama “delegar y confiar”. Porque su entrenamiento es ser desconfiados y estar a la defensiva… ¿o no? Es su naturaleza de cazadores, analíticos voraces y depredadores furtivos.
Para todo lo que la administración del estudio y optimización de los procesos, la tecnología llegó a salvarlos. El ahorro de tiempo gracias a los software es infinito, ya que brinda organización y respaldo en la big data.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando necesitan decorar su oficina, construir una nueva marca o sitio web para su firma o realizar un evento para sus clientes? Aquí no solo la gestión, sino el buen gusto cobra especial relevancia. Ese “touch” que hace agradable a la vista los conceptos sofisticados, vanguardistas o tradicionales y que terminan por cambiar la experiencia que percibe su cliente.
Con poco tiempo, estrés recurrente y ganas de ofrecerles lo mejor de sus servicios legales, les recomiendo dejarse asesorar. Sé que suena traumático, porque son ustedes los que acostumbran asesorar a los suyos, pero en este caso, piensen en el costo y en el resultado.
Inviertan en imagen corporativa de calidad, con gusto. Que se vea de manera transversal que se preocupan por los detalles, que son dedicados hasta en la forma, y no solo en el fondo. Busquen profesionales a su altura que los posicionen estratégicamente al nivel o por sobre de su competencia.
Quiéranse y déjense “regalonear” con una imagen que sea coherente con el nivel de su trabajo. Esa es la invitación. No pierdan su tiempo, es poco y caro, deleguen en especialistas y por una vez en la vida, confíen.
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