COVID-19 y teletrabajo: ¿cuál ha sido su impacto en la digitalización de las firmas de abogados?

La industria legal, particularmente en América Latina, llegó tarde. La pandemia del COVID-19 nos demostró lo atrasado que está el sector en materia de innovación y su inserción a la revolución digital, y esto es, tanto en la administración del negocio, como en la prestación de los servicios del mismo. Por lo anterior, más que nunca, existirán cambios.

En efecto, ante la complacencia y status quo que Richard Susskind invitaba a romper en el año 2013, muchas de las empresas de servicios jurídicos (en adelante, “ESJ”) permanecieron indiferentes, ya sea posponiendo la decisión de modernizar digitalmente su operación, o bien, haciéndolo pero de manera insuficiente, pues compartir un archivo de Excel en un pen-drive con los asuntos de la firma es un mero placebo que, a la larga y como ya ha quedado demostrado, no aporta el valor que los actuales tiempos requieren.

Las empresas de servicios jurídicos y su digitalización

Por lo anterior, hoy es indispensable para las ESJ refundar digitalmente su ejercicio, y como la selección natural indica, aquellos que lo hagan y se adapten de manera exitosa, prosperarán aprovechando las numerosas oportunidades que presentará el mercado, mientras que aquellos competidores que no lo hagan, su probabilidad de abandonar el juego, será alta.

Un buen punto de partida para identificar qué tipo de competidor jurídico es un estudio, y cómo este se está perfilando en este proceso de refundación digital, es responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo ha operado mi ESJ con la modalidad de teletrabajo desde que se inició el aislamiento social?

La respuesta es reveladora en varios sentidos, pues da cuenta de la cultura organizacional y el nivel de compromiso de sus abogados; no obstante, por muy positivo que ambos sean, es indispensable el control y administración por parte de los líderes de área y socios de la firma, más aún a la distancia.

Si la ESJ no sabe el detalle de los trabajos y tiempos invertidos por los abogados en la modalidad “Clientes, horas y proyectos”, se dificulta medir los KPIs necesarios para identificar, por ejemplo, su rentabilidad. En consecuencia, la firma no está en buen pie para afrontar el actual desafío digital que experimenta el mercado legal.

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Las preguntas que genera la nueva realidad de las firmas

Por otra parte, una ESJ que responde satisfactoriamente a la pregunta y ha podido operar con relativa normalidad, se está planteando otro tipo de interrogantes, como: ¿Qué pasa si ya no arrendamos oficina y trabajamos full time en modalidad teletrabajo?, ¿cuánto nos ahorraremos en taxis, aviones y gastos de representación si más del 90% de nuestras reuniones, tanto con nuestro equipo como con clientes, las hacemos en formato digital?, ¿cómo impactaría esto en nuestra cultura organizacional y cómo hacemos para mantener nuestra identidad?, ¿cómo podemos usar la tecnología para prestar una mejor experiencia cliente a quienes han confiado en nuestro ESJ?

Luego, a partir de estas últimas preguntas, es que se irá perfilando el estudio de abogados del siglo XXI. Pese a haber llegado tarde a la digitalización, la rueda ya se está moviendo, los competidores del mercado legal se están preparando y hay que estar en la mejor forma posible.

El escenario de la industria legal

Quizás, un ejemplo futbolístico contribuya a graficar de mejor manera el escenario de la industria legal, para lo cual, identificaremos dos tipos de jugadores:

El primero, las firmas grandes, quienes se asimilan a un viejo crack, tienen su trayectoria, buen palmarés, la afición los conoce, han hecho grandes cosas y todavía quedan muchos años de buen fútbol. Por otra parte, se encuentran las firmas boutique y los nuevos emprendedores de la industria, los cuales, se asimilan a un joven canterano con una zurda exquisita y un regate espectacular que tiene a su haber algunos partidos de primera A.

Ambos fueron notificados, sin aviso previo, que su pase fue vendido a un grande de Europa. Lo anterior los desconcierta pues su fútbol no es compatible con el que juegan en la liga a la cual fueron transferidos.

No obstante, saben que para salvar su carrera se hará necesario reformular todo. En otras palabras, cambiar su alimentación, sus entrenamientos, programa de pesas, cardio, ver videos, conversar con los compañeros y el cuerpo técnico, es decir, tomar todas las diligencias necesarias para adaptarse, sobrevivir y salir campeón.

Aquel de los dos jugadores que lo logre, ya sea el “viejo crack” o la “joven promesa”, saldrá victorioso, pues ambos juegan de 9 y el plantel está casi completo.

¿Quién de los dos quedó en el plantel? La lógica invita a pensar que el que se preparó mejor y tomó todas las diligencias anteriormente aludidas; sin embargo, en los negocios como en el fútbol… nunca se sabe.

Lo que sí se sabe es que tomando ciertas medidas puntuales, los socios de las empresas de servicios jurídicos, al igual que estos dos futbolistas, pueden poner a su empresa en el mejor escenario posible.

En efecto, para prosperar en estos tiempos, las herramientas digitales deben ser implementadas, estás se encuentran disponibles y, lamentablemente, si no las usamos, otros competidores lo harán en nuestro lugar.

Finalmente, las cosas por sabidas se callan y por calladas se olvidan: “Nos es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”. – Charles Darwin.

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