Conciliación laboral. ¿Cómo ayuda a evitar procesos judiciales?

La conciliación laboral es una figura jurídica que poco a poco va ganando importancia como método de resolución extrajudicial de conflictos. De hecho, cada vez son más las legislaciones dentro y fuera de Latinoamérica que regulan este sistema.

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¿Qué es la conciliación laboral?

La aparición de conflictos dentro de una relación laboral no es nada extraño. Son muchos los temas que pueden llevar al enfrentamiento entre el empresario y sus trabajadores: la fecha de disfrute de las vacaciones, un cambio de centro de trabajo, la alteración de la jornada laboral, la terminación del contrato de trabajo y los efectos del despido, etc.

El alto volumen de conflictos laborales ha generado que los juzgados y tribunales encargados de conocer de los mismos estén sobrecargados de trabajo. De forma que muchas veces los procesos judiciales tardan en resolverse mucho más de lo que sería deseable.

Como forma de aliviar el exceso de trabajo en los juzgados se ha establecido la conciliación laboral. Un proceso en el que empresario y trabajador negocian para intentar alcanzar un acuerdo que ponga fin a la controversia y evite así tener que iniciar un proceso judicial.

¿Cómo funciona?

El procedimiento puede variar según el país en el que nos encontremos, pero los pasos principales son básicamente los mismos en todos los sitios.

En muchos casos la conciliación no se establece como algo voluntario, sino como algo obligatorio. De esta forma, los implicados en el problema no pueden recabar la tutela judicial efectiva hasta que no hayan intentado la conciliación.

En este punto es importante revisar muy bien el Derecho Laboral del país en el que nos encontremos, ya que no en todos los casos se puede acudir a la conciliación, hay conflictos que deben pasar directamente a ser examinados por la autoridad judicial.

En aquellos casos en los que la conciliación laboral sea posible, al acto de conciliación acuden empresario y trabajador o trabajadores afectados junto con sus representantes legales. Todos ellos se reúnen con un especialista en mediación, que se encarga de dirigir la conversación e intentar que se llegue a un acuerdo.

Si los protagonistas del conflicto alcanzan una solución para el problema, el mediador deja constancia de este acuerdo por escrito.

Para evitar que el acuerdo llegue a ser ineficaz, lo habitual es que los ordenamientos jurídicos otorguen fuerza vinculante al mismo. Así, si alguna de las partes no cumple, la otra puede acudir a los tribunales y exigir que se lleva a cabo la solución acordada.

En aquellos casos en los que a pesar de la negociación no sea posible un acuerdo entre las partes, se levanta acta dejando constancia de la situación, quedando habilitados los interesados para acudir a los tribunales para obtener una solución.

¿Qué ventajas tiene?

  • Es una forma mucho más rápida de conseguir la resolución para un conflicto.
  • El proceso es totalmente transparente, ya que ambas partes negocian en términos de igualdad.
  • Supone un ahorro de costes tanto para los implicados como para el Estado.
  • Contribuye a mantener la paz laboral al evitar que los conflictos se prolonguen en el tiempo.

La conciliación laboral es, por tanto, un procedimiento rápido y sencillo del que se derivan beneficios a nivel privado y público. Por eso, no es de extrañar que su uso se esté potenciando en muchos países como forma de solucionar conflictos.

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